¡2500 familias en riesgo! ¿Quiénes son los culpables de estos despidos masivos? ¡No te quedes sin saber!

El reciente proceso de reforma del Banco Nación, impulsado por el Gobierno de Javier Milei, ha sido objeto de intensas discusiones y análisis. Estas transformaciones han marcado un giro significativo en la estructura y funcionamiento de la entidad, lo que ha consolidado la pérdida de influencia de Daniel Tillard, quien fue apartado de su rol en medio de fricciones con los gremios y cuestionamientos sobre su gestión.

La reforma ha incluido el cierre de 15 sucursales y la implementación de 2500 retiros voluntarios, además de un plan que prevé recortar 1500 puestos mediante la incorporación de nuevas tecnologías. Este enfoque, presentado como un logro de gestión, busca mejorar la productividad y adaptar la atención al cliente a un esquema digital que minimice la dependencia del personal. La estrategia ha sido calificada por el Gobierno como un proceso de “optimización estructural”, cuyo objetivo principal es reasignar recursos hacia plataformas digitales.

Rediseño y Modernización

La responsable de supervisar que estos cambios se alineen con las prioridades del Ejecutivo es Karina Milei, quien ha estado al frente de esta transformación que busca reducir la presión presupuestaria de la banca pública. Funcionarios del Gobierno destacaron que el rediseño permitió disminuir costos fijos y evitar conflictos gremiales abiertos durante el ajuste, una estrategia que se compara favorablemente con la adoptada por Javier González Fraga entre 2017 y 2019, cuando se destinaron $5000 millones a retiros anticipados de altos mandos.

El proceso de reestructuración también ha tenido su impacto en el directorio del banco. La salida de Tillard se interpretó como un movimiento necesario para “ordenar el proceso” y minimizar el riesgo de una escalada sindical en un momento crítico. Su administración enfrentó críticas por la contratación del estudio Liendo & Asociados, lo que generó resistencias debido a los altos honorarios y el perfil político del consultor.

Adicionalmente, surgieron señalamientos sobre el presunto uso de información reservada en operaciones relacionadas con Max Capital, la firma asociada al hijo de Tillard. Aunque esta situación no resultó en sanciones formales, sí deterioró su autoridad durante la reestructuración.

Las decisiones tomadas por el directorio del banco también han incluido el cierre de más de 30 centros pymes y cerca de 40 anexos destinados al pago de jubilaciones y planes sociales. Estos cierres se produjeron por la proximidad entre sucursales y la finalización de contratos de alquiler, reagrupando recursos en nodos de mayor actividad. Según Arturo Quiñoa, titular de la Asociación de Personal Jerárquico de Bancos Oficiales, estas decisiones son parte de una lógica que podría llevar a la transformación del banco en sociedad anónima.

El Gobierno ha enfatizado que, a pesar de los cierres y reestructuraciones, se mantiene una red de más de 700 sucursales en el país y oficinas en Nueva York, Madrid, Montevideo, Santa Cruz de la Sierra y China. El objetivo es sostener esta red mediante un esquema híbrido que combine una menor dotación de personal y mayor automatización, ajustándose a un entorno más digital.

La política de retiros también refleja una lógica corporativa, donde la primera etapa se centró en mujeres mayores de 55 años y hombres de 60, quienes recibieron el 80% de su salario bruto sin premios ni aguinaldos. La segunda fase se aplicó a varones de 57 a 70 años y mujeres de 52 y 55, con una compensación del 70% hasta alcanzar la edad jubilatoria establecida.

La transformación del Banco Nación no solo representa un cambio interno, sino que también es un reflejo de las políticas más amplias del Gobierno de Milei, con un enfoque marcado hacia la modernización y digitalización de las instituciones estatales. Las decisiones tomadas en este contexto encarnan un intento por alinearse con estándares internacionales y adaptarse a las demandas de un mercado financiero cada vez más competitivo.

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