¡Descubre el oscuro secreto detrás del nuevo álbum de María Becerra que nadie se atreve a contar!

En abril de este año, la popular cantante argentina Maria Becerra enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida: una cirugía de emergencia por un segundo embarazo ectópico que le causó una grave hemorragia interna. La recuperación fue un proceso intenso y prolongado; le costaba correr, caminar e incluso cantar. Sin embargo, ese tránsito doloroso se convirtió en el motor creativo de Quimera, su tercer álbum de estudio que se lanzó recientemente bajo el sello Warner Music Latina.

Quimera es un disco que contiene 17 canciones producidas por Xross, donde se incluyen singles ya conocidos como “Corazón vacío”, “Ramen para dos” (una colaboración con Paulo Londra) y “JOJO”. Este álbum refleja la "montaña rusa" emocional que vivió durante su hospitalización y posterior recuperación. En una entrevista con Billboard, Becerra explicó que la idea del álbum surgió en un momento de gran desolación: “Estaba muy desesperanzada, muy triste, muy vacía… cuando algo que está dentro de vos no funciona o algo que anhelás no sucede, es un golpe de realidad.”

La artista también mencionó que, en el pico de su recuperación, apareció Jojo, uno de sus cuatro alter egos que representan distintas facetas emocionales. Los otros son Shanina, Gladys y Maite. Cada uno de estos personajes encarna un estado mental diferente, agrupando canciones que expresan esas etapas. La elección del nombre del álbum, inspirado en la criatura mítica de la quimera, simboliza las múltiples fuerzas y personalidades que conviven dentro de ella.

En este sentido, Becerra explicó que “cada animal representa un alter ego. Shanina es el dragón y su costado más fantasioso; Jojo, el león y su fuego; Gladys, la cabra, más terrenal; y Maite es la más emocional y la que más presente estuvo en mi vida.” El proceso creativo, sin embargo, comenzó antes de su cirugía; algunas canciones como “Romántica” o “Slow It Down” fueron escritas años atrás y finalmente encontraron su lugar dentro de este concepto.

El álbum también se aventura en géneros tropicales como la salsa, la cumbia y la bachata, sonidos que forman parte de las influencias musicales de su infancia. La última parte del disco está dedicada a su historia de amor con su pareja, J Rei, donde aborda desde el deseo inicial en “Slow It Down” hasta un vínculo más maduro en “Mi amor”.

El proceso de recuperación física fue arduo. Después de estar entubada, Becerra tuvo que volver a entrenar su cuerpo y su voz. “Me costaba hacer cosas normales (correr, caminar, cantar). Pero nunca pensé en dejar la música. Sí supe que tenía que darme un descanso fuerte”, confesó. A lo largo de su recuperación, lo que la ayudó fue permitir que el duelo fluya. “Me escuché mucho, me tuve paciencia y dejé que todo siguiera su curso.”

Así nació Quimera: un álbum visceral, expansivo y profundamente personal, tejido a partir del dolor, la sanación y la transformación. Este trabajo no solo marca un hito en su carrera, sino que también refleja la resiliencia y la capacidad de convertir las experiencias difíciles en arte.

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