¡Alerta! El deshielo en la Antártida podría causar un cataclismo climático en 2024, ¿te afectará?

Un reciente estudio ha revelado que el deshielo de la Antártida Occidental podría, bajo ciertas condiciones de calentamiento global, evitar el colapso de la corriente oceánica del Atlántico, conocida como AMOC. Este descubrimiento plantea un giro importante en la comprensión de cómo interactúan los polos y cómo esta interacción puede influir en el clima global.

El equipo de investigadores, del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica y el Centro para Sistemas Complejos de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, analizó cómo el aporte de agua dulce desde la Antártida Occidental podría afectar la resiliencia de la AMOC, especialmente frente al deshielo de Groenlandia. Según el estudio, publicado en la revista Science Advances, la combinación de agua dulce desde ambos polos no necesariamente tendría consecuencias negativas sobre la AMOC, y podría incluso prevenir su colapso total.

La AMOC es una corriente crucial que transporta alrededor del 90% del calor oceánico del Atlántico, y desempeña un papel determinante en el clima global y regional de los continentes adyacentes. Esta corriente mueve grandes masas de agua cálida desde el sur hacia el norte del Atlántico y de regreso, y su posible colapso podría cambiar drásticamente el clima de América y Europa.

Los científicos han estado preocupados por el impacto del deshielo acelerado en Groenlandia y la Antártida Occidental, que podría añadir cantidades significativas de agua dulce al océano. Si la descarga de agua dulce es excesiva, podría interrumpir la "cinta transportadora" de la AMOC, lo que resultaría en efectos climáticos devastadores.

El objetivo principal del estudio fue investigar si el agua dulce de la Antártida podría agravar o mejorar el riesgo de colapso de la AMOC en combinación con el agua que se derrite en Groenlandia. Se realizaron simulaciones utilizando el modelo CLIMBER-X, probando diferentes escenarios de deshielo. Los resultados fueron sorprendentes: en situaciones donde solo Groenlandia se derretía durante 3,500 años, la AMOC siempre colapsaba. En cambio, con el deshielo de la Antártida Occidental, aunque se debilitaba, no se producía un colapso completo.

Un hallazgo clave fue que el tiempo y la intensidad del deshielo antártico son fundamentales. Si el agua dulce de la Antártida llega en el momento adecuado, puede ayudar a estabilizar la AMOC, previniendo su colapso. Sin embargo, si esta entrada se retrasa demasiado, la corriente sigue en riesgo, lo que indica que la sincronización es esencial.

Los investigadores advirtieron también que estos modelos tienen limitaciones, ya que no incluyen fenómenos como la fusión basal bajo las plataformas de hielo o la descarga de icebergs. No obstante, subrayaron la importancia de incorporar estos factores en futuras investigaciones y modelizaciones climáticas globales.

El estudio concluye que el colapso de los grandes casquetes de hielo podría elevar el nivel del mar hasta 4.3 metros, lo que tendría profundas implicaciones para las zonas costeras de todo el mundo. Los científicos enfatizan la necesidad urgente de tomar medidas para frenar el cambio climático, dado que el futuro de las corrientes oceánicas y del clima global está más interconectado de lo que se había considerado anteriormente.

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