¿Sabías que la dieta mediterránea podría salvarte de enfermedades? ¡Enterate ya!

La dieta mediterránea se ha convertido en una de las metodologías de alimentación más populares en los últimos años, especialmente entre quienes buscan bajar de peso o mejorar su salud general. Este enfoque dietético, que enfatiza el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva, es conocido por sus múltiples beneficios para la salud, incluyendo la prevención de diseases cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad.
La nutricionista Daniela González, académica de la Universidad de Santiago (Usach), destaca que esta dieta no solo se basa en la elección de alimentos saludables, sino que también promueve un estilo de vida que combina prácticas culinarias tradicionales y valores culturales. "Existen evidencias que demuestran que esta metodología sirve para la reducción de enfermedades crónicas. Su práctica disminuye el riesgo de dolencias cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer y deterioro cognitivo", explica la especialista.
Origen y Beneficios de la Dieta Mediterránea
El origen de la dieta mediterránea se remonta a las cocinas de los países que bordean el Mar Mediterráneo, específicamente en la Antigua Grecia. Sin embargo, la popularización de este sistema alimenticio comenzó en la década de 1950, gracias al Estudio de los Siete Países del fisiólogo estadounidense Ancel Keys. Este estudio estableció una relación directa entre la alimentación, las enfermedades cardiovasculares y el estilo de vida en países como Estados Unidos, Italia, Grecia, Japón y la ex-Yugoslavia.
Entre los beneficios de la dieta mediterránea, González menciona que posee efectos antioxidantes y antiinflamatorios, ya que mejora el perfil lipídico, regula la glucosa, protege los vasos sanguíneos y favorece una microbiota intestinal saludable. "Podemos decir que esto va más allá de un patrón de alimentación. Es un estilo de vida", enfatiza González.
Un aspecto interesante de esta dieta es la inclusión moderada del vino, particularmente tinto, durante las comidas. "Por lo general se habla de dos copas en el caso de los hombres y de una en lo que respecta a las mujeres, siempre en compañía de alimentos y evitando la ingesta excesiva", detalla la nutricionista. Sin embargo, González subraya que el vino es la única bebida alcohólica asociada a este sistema, y que el consumo de otras bebidas alcohólicas, como cerveza o licores, no es recomendado. A pesar de los estudios que vinculan el consumo de vino con beneficios cardiovasculares, advierte que "el consumo de alcohol, incluso en bajas cantidades, puede aumentar el riesgo de algunos cánceres y otros problemas de salud".
Por lo tanto, lo crucial es la moderación. "Perfectamente se puede llevar una dieta mediterránea sin vino", concluye González, reforzando la idea de que lo importante es adoptar un estilo de vida saludable y sostenible.
Con el auge de la conciencia sobre la salud y el bienestar, adoptar la dieta mediterránea puede ser una decisión acertada no solo para quienes buscan perder peso, sino para aquellos que desean mejorar su calidad de vida a través de una alimentación equilibrada y saludable.
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