¡Guzmán revela PLAN SECRETO para salvar al país de la DEUDA inminente! ¿Te quedarás afuera?

Esta semana, el exministro de Economía Martín Guzmán presentó el Reporte del Jubileo en su ciudad natal, La Plata, tras su lanzamiento en el Vaticano, Francia, Estados Unidos y España. La presentación se llevó a cabo en un encuentro organizado por el arzobispo Gustavo Carrara, quien fue designado por el papa Francisco.

El Reporte del Jubileo, encomendado por Francisco al premio Nobel Joseph Stiglitz y a Guzmán, reúne el trabajo de más de treinta expertos internacionales. El documento propone una reforma profunda de la arquitectura financiera global para hacer frente a las crisis económicas que han surgido a raíz de los endeudamientos en los países en desarrollo, con un enfoque especial en el sur global.

El informe destaca que aproximadamente 3.400 millones de personas viven en países que destinan más recursos al pago de intereses que a la salud, mientras que 2.100 millones residen en naciones que priorizan la deuda sobre la educación. “La dignidad de cada persona debe estar en el centro de la economía”, enfatizó Carrara, el primer cura villero promovido a obispo por Jorge Bergoglio, al enmarcar la presentación en la tradición cristiana del Jubileo.

Guzmán, durante su intervención, subrayó que “la dinámica global es asimétrica: en cada crisis, los capitales migran hacia economías seguras, dejando sin recursos a los países en desarrollo”. Además, destacó que el informe “es un llamado urgente a la acción para reformar las reglas que hoy agravan la desigualdad global”.

El Reporte del Jubileo fue presentado oficialmente el 20 de junio en el Vaticano, con el respaldo de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Propone medidas concretas para aliviar las deudas insostenibles, prevenir futuras crisis y fomentar un desarrollo sostenible en los ámbitos económico, social y ambiental.

Para el papa Francisco, el Año del Jubileo 2025 representa una oportunidad para repensar las estructuras económicas desde una perspectiva ética y de justicia social. En este sentido, el trabajo liderado por Stiglitz y Guzmán contribuye al legado del Pontífice: un llamado a poner la economía al servicio de la dignidad humana y de los pueblos más vulnerables.

Este informe no solo es un documento técnico; es una reflexión profunda sobre las desigualdades que enfrenta la humanidad y una invitación a repensar el futuro económico global. En un momento donde las crisis se han vuelto más frecuentes y devastadoras, su mensaje resuena con fuerza, instando a las naciones a priorizar a las personas sobre las deudas.

El reto que plantean Guzmán y Stiglitz es significativo: ¿podrán los países y sus líderes escuchar este llamado y llevar a cabo las reformas necesarias para un futuro más justo y equitativo? Esta es, sin duda, una pregunta crítica que cada uno de nosotros debe considerar en el contexto de nuestras realidades locales y globales.

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