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La estructura impositiva de Argentina presenta un desafío considerable, sobre todo debido a la asombrosa cantidad de 155 tributos que se distribuyen entre Nación (45), provincias (25) y municipios (85), según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dirigido por el economista Nadin Argañaraz. Este análisis revela que apenas 10 tributos explican el 94% de la recaudación total, lo que pone de manifiesto la concentración del sistema fiscal y su ineficiencia.

Entre estos tributos, destaca el impuesto a los Ingresos Brutos, un gravamen que cobran las provincias y que representa el 4,1% del Producto Bruto Interno (PBI). Este impuesto es ampliamente criticado por su efecto acumulativo en cascada. Según el abogado tributarista y CEO de Lisicki, Litvin & Abelovich, César Litvin, "el impuesto sobre los Ingresos Brutos es un impuesto plurifásico, eso significa que se traslada plenamente en cada una de las etapas del proceso productivo, desde fabricación hasta que llega al consumidor final".

Por su parte, el socio del estudio, Martín Caranta, subraya que el impuesto es "totalmente distorsivo de los efectos económicos", ya que este gravamen aumenta el precio de los productos a medida que se aplica en cada etapa de la cadena productiva. "No existe en el mundo este impuesto, porque en Europa hay un impuesto al valor agregado y en Estados Unidos un impuesto a las ventas, pero solo en la última etapa", explica Litvin.

El contador público Miguel La Vista agrega que la estructura del impuesto es simple: "La base de cálculo son las ventas brutas, sin derecho a descontar ningún costo de producción, ni salario, ni ningún otro gasto". Esto significa que, aunque la tasa que se cobra pueda parecer "inofensiva" (entre un 3% y 5% de las ventas), su impacto económico puede ser devastador para las empresas.

Ingresos Brutos: una “piedra” oculta en los zapatos de los consumidores

El impuesto a los Ingresos Brutos se aplica sobre los ingresos obtenidos por actividades autónomas y está regulado por cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). A diferencia de otros tributos, que exigen a las empresas especificar cuánto se paga en impuestos nacionales, este impuesto es "invisible a los ojos" del consumidor, según Litvin. Hasta ahora, solo las provincias de Chubut y Mendoza han adoptado un régimen de Transparencia Fiscal que permite a los consumidores conocer la incidencia del impuesto en los precios.

Recientemente, se ha sancionado una normativa que invita a las provincias y a la CABA a implementar medidas que permitan a los consumidores conocer la carga tributaria que impacta en los precios de los bienes y servicios. Provincias como Salta, Córdoba, Entre Ríos y la CABA están en proceso de incorporación a este régimen.

Impacto del impuesto en la cadena productiva

El economista Damián Di Pace explica cómo el impuesto afecta a las pequeñas y medianas empresas (pymes), en particular en el sector textil. "El Ingresos Brutos se aplica en cada etapa productiva, desde la producción de insumos hasta la comercialización". Esto puede representar un IVA adicional en el precio final del producto, aunque el consumidor no lo perciba.

Además, Di Pace advierte que muchas pymes operan con márgenes ajustados, lo que significa que el impuesto reduce su competitividad y limita su capacidad para invertir. En la 61° edición del Coloquio IDEA, el economista Matías Surt comparó el Ingresos Brutos con un “IVA adicional”, estimando que actualmente podría equivaler a una alícuota extra del 11%. Esto implica que la carga impositiva total sobre el consumo en Argentina se acerca al 32% (21% del IVA nacional y 11% de Ingresos Brutos).

Desde su perspectiva, La Vista concluye que aunque la tasa del impuesto pueda parecer baja, "nos encontramos con un monstruo oculto". Este impuesto no solo afecta a las pymes, sino que también impacta significativamente a los supermercados, donde el margen de utilidad es extremadamente bajo, alrededor del 5%. El efecto económico del impuesto sobre los Ingresos Brutos es tal que puede ser considerado como un segundo impuesto a las Ganancias, obligando a las empresas a distribuir hasta el 70% de sus ganancias al Estado, en algunos casos incluso más, convirtiendo utilidades en pérdidas.