¡Descubre cómo un simple perro puede cambiar la vida de tu adolescente en 30 días y mejorar su salud mental!

Un reciente estudio publicado en la revista iScience y liderado por un equipo de varias instituciones científicas japonesas ha arrojado luz sobre la relación entre el microbioma de adolescentes propietarios de perros y su salud mental y comportamiento. Esta investigación abarcó a 345 adolescentes, proporcionando datos valiosos sobre cómo la interacción con mascotas puede influir en el bienestar emocional durante una etapa tan crítica como la adolescencia.

Según el profesor Takefumi Kikusui, de la Universidad de Azabu en Japón y principal investigador del estudio, esta investigación se inició tras observar que los adolescentes con un perro mostraban un mayor bienestar mental. “En estudios previos, encontramos que la microbiota puede influir en el comportamiento social de los ratones, y también se ha documentado que los dueños de perros tienen una microbiota diferente”, explicó Kikusui. A partir de estas observaciones, el equipo decidió investigar cómo la microbiota intestinal podría afectar el comportamiento de los adolescentes a través del eje intestino-cerebro.

Los resultados son alentadores. Los adolescentes que viven con perros presentaron puntuaciones psicológicas más altas, lo que indica menos problemas de soledad, estrés y ansiedad. Además, estos jóvenes parecen tener más oportunidades de interacción social, lo que resalta el papel positivo de los perros en la vida familiar y social.

Índice
  1. La adolescencia: un período crítico
  2. Validación en modelos animales

La adolescencia: un período crítico

La adolescencia es un tiempo de cambios significativos, tanto a nivel emocional como social, con transformaciones cerebrales y hormonales que impactan en la toma de decisiones, el control de impulsos y las relaciones interpersonales. “El bienestar mental tiende a disminuir durante la adolescencia, por lo que resulta fundamental explorar factores que puedan contribuir a su mejora”, añadió Kikusui.

El equipo de investigación examinó muestras del microbioma bucal de los participantes y, al secuenciar los microbios, encontraron una diversidad y riqueza de especies similares entre los grupos. Sin embargo, la composición del microbioma mostró diferencias significativas. Los científicos sugirieron que tener un perro podría alterar la abundancia de ciertas bacterias bucales, lo que a su vez influiría en los puntajes psicológicos de los adolescentes. “Tener un perro a los 13 años se asocia con una mejor salud mental y con menores problemas sociales en comparación con aquellos que no tienen uno en casa”, concluyeron los investigadores.

Validación en modelos animales

Para validar sus hallazgos, los investigadores realizaron experimentos con ratones de laboratorio que tenían un microbioma similar al de los adolescentes propietarios de perros. Los resultados mostraron que estos ratones pasaban más tiempo olfateando a sus compañeros, lo que indica un comportamiento más social. Además, mostraron una tendencia a ayudar a un compañero atrapado, un comportamiento que se utiliza para evaluar la conducta prosocial en estos animales. “Esto demuestra que la tenencia de un perro puede tener efectos positivos en el bienestar”, enfatiza Kikusui, aunque advierte que es solo un factor entre muchos.

Los hallazgos sugieren que la presencia de un perro en la familia puede modificar el microbioma de manera que favorezca la salud mental y la empatía, con beneficios potenciales para el desarrollo social de los adolescentes. Este tipo de interacción ha sido parte de la historia de convivencia entre humanos y perros a lo largo de miles de años.

Por último, Kikusui mencionó que están comenzando un nuevo estudio sobre la relación microbioma-bienestar en personas mayores y que, aunque ha pensado en comparar diferentes tipos de mascotas, eso quedará para futuras investigaciones. “Los beneficios observados pueden ser específicos de la relación entre humanos y perros”, concluyó.

Referencia:

Miyauchi et al. Dog ownership during adolescence alters the microbiota and improves mental health. iScience (2025).

Fuente: SINC

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