¿Quién ganará las elecciones en Jujuy? ¡Los datos que NO quieres ignorar! Sorprendentes secretos revelados.

En las recientes elecciones en Jujuy, el triunfo de La Libertad Avanza podría parecer el aspecto más relevante. Sin embargo, la provincia se encuentra en medio de un proceso político que supera los resultados instantáneos. Este proceso marca el derrumbe del régimen político que ha dominado Jujuy durante la última década. Desde 2015, el cogobierno entre la UCR y el PJ se ha desmoronado, especialmente tras el jujeñazo de 2023, dejando a la UCR de Gerardo Morales y Sadir en una caída libre preocupante.

El desempeño de la UCR ha sido alarmante: solo logró el 20% de los votos, lo que se traduce en aproximadamente 81 mil votos, en comparación con el 38% obtenido en mayo de este año y el 48% de las legislativas de 2021, que se traducían en 192 mil votos. Este colapso es testimonio del descontento de los trabajadores jujeños, quienes consideran al gobierno radical como el principal responsable del deterioro de las condiciones de vida, mientras que al mismo tiempo se observa un festín de negocios en torno a los recursos provinciales, como el litio, la energía solar y el pongo.

La situación se agrava por un gobierno en descomposición, manchado por escándalos de corrupción, denuncias cruzadas y nepotismo. Aunque el triunfo de La Libertad Avanza puede atribuirse a factores nacionales, como la polarización y la crisis económica exacerbada por políticas del gobierno de Donald Trump, también refleja un cinismo político que permite a la fuerza de Javier Milei presentarse como opositor al desastre de la UCR. Resulta irónico que critiquen los bajos salarios en la provincia mientras el gobierno nacional no homologó paritarias que superen el 1% y congeló la jubilación mínima. Esto ha llevado a muchos trabajadores a usar la boleta de Milei para castigar a los radicales, dejando de lado el ajuste nacional.

Desde el lado del peronismo, las dos listas que compitieron lograron aumentar su caudal de votos, alcanzando un 15% cada una, impulsadas por la polarización nacional con Milei. Sin embargo, su crisis interna es evidente, ya que han estado junto a Gerardo Morales durante una década y también han sido parte del fracaso del gobierno de Alberto Fernández. La división interna entre Rivarola y la Cámpora resalta el frecuente cambio de lealtades dentro del PJ, una lucha por el control del aparato partidario que parece no tener fin. Carolina Moisés, quien en mayo había competido por separado, ahora llama a votar por la lista de Rivarola, aliada de Morales y del exvicegobernador Haquim.

El Desafío de los Trabajadores y la Izquierda

El panorama electoral se ha convertido en un terreno de extorsión y desorganización para la clase obrera. Mientras el gobierno nacional y las potencias extranjeras como Estados Unidos agitan el caos económico, el peronismo, que predominó en sindicatos y universidades, ha promovido una pasividad peligrosa, sugiriendo castigar a Milei únicamente con el voto. Esta falta de organización ha hecho que los trabajadores no se unieran en la lucha, lo que a su vez ha fortalecido la demagogia de las fuerzas del régimen.

La burocracia sindical ha sido una de las principales responsables de esta confusión, pactando con todos los gobiernos y las patronales. Por ejemplo, un sector de la CGT Jujuy apoyó abiertamente al gobierno de Sadir, mientras que la CTA liderada por Yasky y Santiago Hamud respaldó a la lista de Rivarola, que incluye como candidato a un empresario tabacalero. En medio de este contexto, el Frente de Izquierda logró un 10% de los votos, aumentando en 10 mil votos respecto a mayo, con un fuerte respaldo en zonas como Alto Comedero y comunidades de la Puna y la Quebrada. Esto representa un apoyo político significativo que podría ser crucial para impulsar una nueva organización de la clase trabajadora.

No obstante, la izquierda no logró renovar la banca de diputado nacional, aunque su base de apoyo se mantiene y debe servir como cimiento para un desarrollo efectivo en las organizaciones de los trabajadores. El desafío para la izquierda radica en avanzar hacia una política de fusión con la clase obrera, construyendo una fuerza social capaz de enfrentar el ajuste capitalista en la provincia, en lugar de limitarse a una relación meramente electoral.

Así, las elecciones de Jujuy marcan un punto de inflexión en la política provincial, donde el descontento social y la crisis del sistema político tradicional están demandando nuevas respuestas y soluciones. Las fuerzas políticas deberán adaptarse a este nuevo escenario o arriesgarse a ser arrastradas por la ola de cambio que se avecina.

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