¡Descubre el impactante secreto que las redes sociales esconden sobre las generaciones y la publicidad!

En el dinámico mundo del marketing digital, los profesionales han estado utilizando métricas como impresiones, clics y conversiones para medir el éxito de sus campañas. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que estas cifras no siempre son un reflejo fiel de la confianza que las marcas generan entre las diferentes generaciones. Mientras que todas las generaciones están presentes en las redes sociales, su relación con la publicidad es marcadamente distinta, lo que plantea un desafío para los especialistas en marketing que buscan conectar genuinamente con sus audiencias.

Según datos de Statista, se espera que la inversión en publicidad digital alcance los 965,600 millones de dólares para 2028. A pesar de este crecimiento proyectado, el público parece estar prestando cada vez menos atención a la publicidad digital, con el riesgo de sufrir clics e impresiones fraudulentos. Las métricas tradicionales, aunque atractivas en teoría, no reflejan adecuadamente el retorno real de la inversión en marketing.

Índice
  1. La brecha generacional en la confianza
  2. Gana credibilidad

La brecha generacional en la confianza

Cada generación interactúa con la publicidad de una manera distinta. Por ejemplo, la Generación Z ha desarrollado un agudo sentido crítico hacia la autenticidad. Esta generación, que pasa cerca de tres horas diarias en TikTok, tiende a confiar más en microinfluencers que demuestran un uso real de productos que en campañas publicitarias elaboradas. Un estudio de eMarketer señala que el 27% de los encuestados necesita ver a un creador promocionando un producto entre tres y cuatro veces antes de decidirse a comprarlo. Esto refuerza la idea de que la confianza se construye a través de la exposición auténtica y constante, no mediante un anuncio ocasional.

Los millennials, por su parte, actúan como validadores. Aunque interactúan con el contenido de las marcas, raramente realizan compras sin consultar previamente otras fuentes, como blogs de afiliados o reseñas de productos. En promedio, pasan cerca de dos horas diarias en Instagram. Para ellos, la credibilidad de terceros es esencial. Quieren contrastar recomendaciones y validar información antes de hacer clic en “comprar”.

Entre los baby boomers, el valor de la familiaridad y la comunidad es fundamental. Aunque solo el 87% de ellos utiliza Facebook, pasan, en promedio, 90 minutos diarios en esta plataforma. Si bien navegan menos que los jóvenes, son activos en comunidades de confianza, como grupos de Facebook. La publicidad directa no suele ser eficaz, mientras que una presencia constante en esos espacios puede generar un vínculo genuino.

En consecuencia, las marcas que desean captar la atención de diferentes generaciones deben entender estas dinámicas. Una marca de cuidado de la piel puede invertir millones en anuncios de Facebook dirigidos a un público mayor y aún así fracasar al ignorar que los boomers prefieren la validación de sus pares. En el caso de la Generación Z, un minorista que apuesta por Historias en Instagram sin considerar el potencial de microinfluencers podría perder oportunidades valiosas.

Gana credibilidad

Si la confianza es el verdadero valor en la era digital, las marcas deben adaptarse a esta nueva realidad. Aquí hay algunas estrategias clave:

  • Invertir en voces de confianza: Para los jóvenes, las colaboraciones con micro y nano influencers que proyectan autenticidad son esenciales.
  • Reforzar la validación: Los millennials se benefician de asociaciones con afiliados y contenido de terceros que les brinde credibilidad.
  • Conectar con las comunidades donde se encuentran: Los boomers valoran la interacción en grupos y foros, donde las conexiones personales son primordiales.
  • Replantear la medición: Las métricas tradicionales deben acompañarse de un enfoque en la escalabilidad y la confianza a largo plazo.
  • Transparencia: La honestidad en torno a los patrocinios no solo no reduce la confianza, sino que en ocasiones puede incrementar la credibilidad, incluso ante reseñas mixtas o negativas.

Es fundamental también tener en cuenta el momento de la compra. Según eMarketer, muchas decisiones impulsadas por creadores no se concretan de inmediato. Inspiraciones en redes sociales pueden llevar a transacciones posteriores, ya sea a través de sitios web de marcas, marketplaces o tiendas físicas. Por lo tanto, el desafío para los profesionales del marketing es asegurar que el interés generado en un primer contacto se traduzca en credibilidad constante en todos los puntos de contacto.

Las marcas, en lugar de buscar soluciones rápidas a través de formatos publicitarios llamativos o presupuestos desmesurados, deben cerrar la brecha de confianza con paciencia y precisión. Esto implica redirigir presupuesto hacia colaboraciones con afiliados que ofrezcan validación genuina o a creadores que sean percibidos como auténticos, en lugar de disparar recursos indiscriminadamente en campañas generales.

En un panorama donde la confianza es cada vez más difícil de ganar y más fácil de perder, las marcas que comprendan las particularidades de cada generación y se adapten a ellas estarán mejor posicionadas para construir relaciones duraderas y efectivas en el ámbito digital.

En resumen, si se sigue considerando los clics como el indicador principal de confianza, se corre el riesgo de malinterpretar las señales del mercado y, como resultado, invertir de manera ineficiente. Reconocer las diferencias generacionales y diseñar estrategias que las respeten puede conducir a algo mucho más valioso: la confianza. Y como bien sabemos, la confianza es lo que transforma la atención en acción.

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