La humanidad, de las redes ¿al fin de la civilización?
La humanidad logró sobreponerse a mil plagas. Guerras, pandemias, conflictos sociales y demás no fueron obstáculos para el desarrollo del ser humano. Sin embargo, la ciencia dice que las plataformas sociales pueden ser la piedra que puede provocar un verdadero tropiezo a nuestra civilización.
Un particular paper firmado por 17 investigadores y publicado en la prestigiosa revista científica PNAS a principios de julio promete provocar revuelo. Sus autores afirman con contundencia que la falta de comprensión sobre los efectos en el comportamiento colectivo de este brutal cambio tecnológico amenaza la democracia y el progreso científico.
Son muchas las voces que vienen mostrando su preocupación por los efectos nocivos de un uso desmedido de las redes. Algunas hasta excéntricas. Los psicólogos alertan de que las generaciones más jóvenes están expuestas a una presión social desconocida. Se trata de una presión que puede derivar en ansiedad y depresión. Un simple ejemplo es la relación en aumento entre las selfies y el incremento de operaciones de estética. Esta proliferación de cánones de bellezas irreales incluso puede derivar en desórdenes alimenticios.
¡Ojo con las redes!
El estudio ‘Stewardship of global collective behavior’ es realmente provocador. En él se postula que las redes sociales suponen un problema para la supervivencia de la civilización. No solo por sus efectos sobre la salud mental. Es, además, un freno dramático al flujo confiable de información.
Una de las conclusiones del documento es devastadora. Si no comprendemos el efecto de estas nuevas tecnologías como civilización, la democracia y el progreso científico están en peligro. Este fenómeno lo estamos viendo en directo. Por caso, la infodemia permite la proliferación de teorías conspiranoicas que dificultan el control efectivo de la pandemia. De ahí las duras palabras de Biden hacia Facebook. Casos como el asalto al Capitolio norteamericano en enero de 2021 ponen en duda la neutralidad de las redes sociales.
La mitad de la población mundial usa las redes para relacionarse con familiares y amigos. También para informarse. Son más de 4 000 millones de personas las que las utilizan. Otro dato significativo: el promedio de conexión diaria roza las dos horas y media.
Por eso el estudio recalca la importancia de analizar este complejo comportamiento colectivo desde una perspectiva global. También insisten en pedir a las grandes tecnológicas que no intenten controlar a la población. Según los autores, los modelos comerciales imperantes “no son compatibles con una sociedad sana”.
Hay también efectos positivos en la irrupción de las plataformas sociales. De la “colaboración dispersa” al modo de la Wikipedia al potencial de las redes para dar voz a minorías sociales. Todo vale para luchar contra la emergencia climática, la desigualdad, el racismo y los discursos de odio.