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Las criptomonedas continúan en un camino lleno de altibajos. A pesar de su creciente popularidad, el sector ha enfrentado desafíos significativos, especialmente tras el "criptocrash" de mayo de 2022, que puso en aprietos a muchas monedas digitales. Sin embargo, personajes como Elon Musk han impulsado su adopción, generando un renovado interés en estas monedas virtuales como una alternativa de inversión a mediano y largo plazo, aun cuando su volatilidad es un factor a considerar.

Para el 24 de noviembre, las cotizaciones de las principales criptomonedas son las siguientes:

• Bitcoin: 85.994,6 dólares, con un cambio de -0,93% en las últimas horas.
• Ethereum: 2.794,59 dólares, movimiento de -0,25% en 24 horas.
• Tether US: 1 dólar, con una variación de -0%.
• BNB: 841,39 dólares, cambio de 0,96%.
• Litecoin: 82,97 dólares, variación de 0,96%.
• Dogecoin: 0,15 dólares, con un aumento de 3,44% en el último día.

El mercado de criptomonedas opera de manera descentralizada, apoyándose en la tecnología de blockchain, que no solo garantiza la seguridad de las transacciones, sino que también permite un registro transparente y accesible para todos. Cada criptomoneda puede tener características y reglas particulares, pero hay elementos comunes que las definen:

Blockchain: a excepción de algunos tokens, la mayoría de las criptomonedas utiliza un registro digital descentralizado que agrupa las transacciones en bloques, formando así una cadena inmutable.

Criptografía: asegura la privacidad y autenticidad de cada transacción, además de regular la emisión de nuevas monedas.

Minería: algunas criptomonedas emplean este proceso para validar transacciones. Los mineros, utilizando su poder computacional, resuelven problemas matemáticos y son recompensados con nuevas unidades de criptomonedas.

Es importante destacar que muchas criptomonedas tienen un suministro limitado, lo que previene la inflación y ayuda a mantener su valor a largo plazo. La creación de nuevas monedas puede estar sujeta a reglas comunitarias o programadas previamente.

Las carteras son esenciales para los usuarios, permitiéndoles almacenar y gestionar sus criptomonedas. Existen diversos tipos, desde soluciones en línea hasta dispositivos físicos que resguardan las claves privadas.

En el contexto internacional, la adopción de criptomonedas varía significativamente. En México, por ejemplo, el Banco de México ha prohibido su uso en operaciones financieras. Sin embargo, empresarios como Ricardo Salinas Pliego han mostrado interés en aceptarlas en sus negocios. En Perú, el Banco Central de Reserva ha manifestado que no regulará su uso debido a su inestabilidad, aunque se está trabajando en una moneda digital propia. Mientras tanto, Colombia cuenta con más de 500 sitios que aceptan criptomonedas, ocupando el puesto 14 de 26 en un informe de adopción global.

La situación es aún más dinámica en El Salvador, donde el bitcoin fue adoptado como moneda de curso legal en septiembre de 2021, pero este estatus se revocará en enero de 2025, marcando un cambio significativo en la política de criptomonedas del país.

La creación de una criptomoneda implica decidir entre desarrollar una moneda propia o un token basado en una red existente. Esta decisión influye en los costos, el tiempo de desarrollo y el equipo necesario. La implementación de una moneda nueva requiere un plan bien estructurado, que contemple su utilidad y el marco legal en el que operará.

La evolución del mercado de criptomonedas en América Latina y el mundo plantea interrogantes sobre su futuro y su integración en las economías locales. Su capacidad para adaptarse y sobrevivir, ante la creciente regulación y el interés de las instituciones, será clave para su sostenibilidad en el tiempo.