¡Escándalo en Meta! ¿Cómo lograron US$16.000 millones con publicidad engañosa? ¡Descubre el secreto que podría arruinar todo!

Una investigación reciente de la agencia de noticias Reuters ha puesto en el centro de la escena a Meta Platforms, la compañía matriz de Facebook e Instagram, revelando que la empresa proyecta obtener miles de millones de dólares en ingresos a partir de "una avalancha de anuncios fraudulentos" en sus plataformas. Este informe, basado en documentos internos a los que tuvo acceso Reuters, destaca cómo el manejo del fraude publicitario ha impactado directamente las proyecciones de ingresos de la compañía.

Según las estimaciones internas de Meta, aproximadamente el 10% de su facturación total para 2024, que se traduce en unos 16.000 millones de dólares, provendría de anuncios vinculados a estafas y bienes prohibidos. Los documentos también indican que los sistemas de la empresa muestran a los usuarios un promedio diario de 15.000 millones de anuncios considerados de "mayor riesgo" y que contienen señales claras de ser fraudulentos.

Este tipo de prácticas genera preocupación no solo por las implicaciones legales sino también por la percepción pública. Como señala el portavoz de Meta, Andy Stone, la interpretación de Reuters distorsiona el enfoque de la empresa en temas de seguridad. Sin embargo, las propias admisiones de los documentos internos sugieren que "sus productos se han convertido en una piedra angular de la economía global del fraude".

El descontento interno dentro de la compañía es evidente. Un memorando de febrero de 2022 revela que un gerente de Meta se quejaba de la "falta de inversión" en los sistemas diseñados para combatir el fraude, lo que ha generado tensiones sobre la asignación de recursos dentro de la organización.

Los retos de la monetización del fraude

El informe de Reuters detalla un sistema de "ofertas de penalización" ("penalty bids") implementado por Meta, que afecta directamente la monetización de anuncios sospechosos. Este sistema aplica tarifas más altas a anunciantes que se sospecha que son estafadores, pero para quienes no hay certeza total de fraude. Aunque Meta justifica este mecanismo como un medio para desincentivar a actores dudosos, Reuters concluye que en realidad esto hace que "los anuncios fraudulentos sean más rentables para Meta que los anuncios que no son estafa".

Los documentos indican que los ejecutivos de Meta han considerado el balance entre el ingreso derivado de prácticas fraudulentas y los costos proyectados por multas y penalidades regulatorias. Un análisis interno estima que el ingreso semestral de Meta procedente de anuncios fraudulentos de "alto riesgo" es de 3.500 millones de dólares, cifra que supera ampliamente los 1.000 millones de dólares anticipados como multas en acuerdos regulatorios globales.

Además, el informe sostiene que al equipo encargado de las medidas contra el fraude solo se le permite tomar acciones que reduzcan los ingresos publicitarios en no más del 0.15% del total, lo que limita su capacidad para detener el fraude. Para que un anunciante sea bloqueado, el sistema requiere una "certeza del 95%" de que está cometiendo fraude; de lo contrario, se le aplica la tarifa de penalización, permitiendo que incluso anunciantes problemáticos continúen operando.

Las implicaciones de estas prácticas son serias. Los usuarios que interactúan con anuncios fraudulentos tienden a ver más anuncios de este tipo, ya que el algoritmo de Meta personaliza los anuncios según los intereses previamente mostrados. Esto amplifica la exposición al fraude, lo que puede tener consecuencias graves para la confianza del consumidor en el comercio digital.

Un informe de la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA) encontró que plataformas de Meta estuvieron involucradas en más de la mitad de todas las pérdidas relacionadas con estafas de pagos en 2023, duplicando el total de todas las demás redes sociales combinadas. Este hallazgo subraya la magnitud del desafío que enfrenta Meta como plataforma para el comercio digital.

La respuesta de organizaciones como Consumer Reports ha sido clara: piden a la Comisión Federal de Comercio (FTC) y a fiscales generales estatales en Estados Unidos que tomen medidas coercitivas contra Meta por su "fracaso a la hora de mitigar los anuncios fraudulentos dañinos". El director de política tecnológica de Consumer Reports, Justin Brookman, ha declarado que "Meta continuamente elige priorizar las ganancias en lugar de proteger a sus usuarios".

Meta ha defendido su postura, asegurando que las revelaciones provienen de una autoevaluación interna destinada a justificar futuras inversiones en integridad. Sin embargo, el cierre de cuentas sospechosas parece avanzar solo después de que la agencia de noticias las menciona, lo que sugiere que la presión externa pueda ser un catalizador para que la empresa actúe.

Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de la publicidad digital y la responsabilidad de las plataformas en la protección de sus usuarios frente al fraude. Con los ingresos de Meta fuertemente atados a prácticas cuestionables, es crucial que tanto los reguladores como los consumidores exijan más transparencia y responsabilidad.

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