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Para la mayoría de los estadounidenses, el Día de Acción de Gracias no se limita a un festín de pavo, sino que es una celebración profundamente arraigada en la tradición y la herencia cultural. Así lo demuestra una nueva encuesta nacional realizada por Jennie-O y Talker Research, que revela el papel esencial que tienen las recetas familiares en la mesa festiva de millones de hogares en EE. UU.
La encuesta, que incluyó a 5,000 estadounidenses, encontró que el 55% de los encuestados posee una receta familiar valiosa que ha sido transmitida de generación en generación. Estas recetas, consideradas verdaderos tesoros culinarios, son especialmente comunes en familias afroamericanas (58%) e hispanas (56%), donde la transmisión de tradiciones gastronómicas sigue siendo un pilar cultural fuerte.
Tradiciones que conectan con las raíces
Para muchos, estas recetas son más que un simple platillo; representan una conexión directa con sus raíces. Un 25% de los encuestados afirma que su receta familiar más preciada tiene más de 25 años. Además, quienes planean prepararlas este año coinciden en el impacto emocional que tienen: el 58% asegura que estos platillos evocan una intensa nostalgia, recordando momentos familiares y seres queridos.
El 53% de los encuestados destaca que compartir estas recetas es una de las grandes alegrías del Día de Acción de Gracias, y un 37% manifiesta su deseo de transmitirlas a futuros hijos o nietos, asegurando la continuidad de estas tradiciones. Esto evidencia que, lejos de perder vigencia, estas recetas ocupan un lugar central en la identidad culinaria de las familias.
El orgullo de la herencia cultural
La herencia cultural influye decisivamente en los menús festivos. El 29% de los encuestados afirma que lo que más les gusta de las recetas familiares es que reflejan su origen cultural, mientras que un 24% se siente orgulloso de mantener vivas esas raíces a través de la comida.
Este orgullo no se limita a la propia cultura. Según el informe, el 55% de los estadounidenses estaría dispuesto a recrear una receta de otra tradición cultural. Este interés es especialmente fuerte en comunidades afroamericanas e hispanas, donde un notable 73% expresó su deseo de explorar sabores, técnicas e ingredientes de diversas culturas. Este fenómeno sugiere una tendencia creciente: las mesas de Acción de Gracias se están convirtiendo en espacios de intercambio multicultural y culinario.
La figura del anfitrión en esta celebración también es relevante. Un 24% de los encuestados asegura ser conocido por un platillo especial, convirtiéndose en el referente culinario de sus reuniones familiares, lo que define la importancia de las habilidades gastronómicas dentro de esta festividad. A pesar del esfuerzo que implica preparar una cena festiva, el 53% de los estadounidenses se esfuerza por colaborar con el anfitrión, ya sea llevando un platillo o ayudando en la cocina.
En promedio, una cena típica de Acción de Gracias incluye cinco platillos principales, con el pavo como indispensable en el 93% de los hogares y el jamón presente en el 55% de ellos. Sin embargo, las tradiciones regionales también aportan un toque distintivo: en Connecticut, por ejemplo, el 36% de los hogares prepara pasta al horno, y en Nuevo México, un 11% sirve carne asada junto al tradicional pavo. Estas variaciones reflejan la diversidad gastronómica del país, mostrando cómo cada región adapta la festividad a sus costumbres.
Incluso la forma de cocinar el pavo varía notablemente: aunque el 76% de las familias lo hornea, hay comunidades donde predominan otras técnicas. En Alabama, el 24% prefiere ahumarlo; entre los hogares hispanos, un 14% opta por asarlo a la parrilla y un 18% de las familias afroamericanas elige freírlo, una tradición que ha ganado popularidad en el sur del país.
Además de los platillos principales, las guarniciones juegan un rol clave. La encuesta revela que una mesa típica incluye alrededor de siete acompañamientos, aunque el 23% de los hogares sirve más de diez, mostrando la generosidad culinaria que caracteriza esta celebración. El horario de la cena también varía, con una hora promedio de inicio a las 14:54 horas a nivel nacional, pero en Washington, las familias se sientan a la mesa más tarde, alrededor de las 16:12 horas.
Para Kim Anderson, gerente sénior de Jennie-O, los resultados de la encuesta reflejan la esencia de la festividad: “Estas no son solo recetas, sino tradiciones vivas que honran nuestros orígenes y nos permiten compartir nuestras historias con la próxima generación”, afirma.
Así, el Día de Acción de Gracias se presenta como una celebración única, donde cada familia honra lo que es significativo para su historia y cultura. En definitiva, lo que se celebra es la unión familiar, un valor que trasciende el tiempo y las circunstancias.
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