¡Increíble! El 97% de la gente NO sabe que esta música es de IA: ¿te atreves a escucharlo?

En un reciente estudio global realizado por Deezer en colaboración con Ipsos, se ha revelado que el 97% de los oyentes no pueden distinguir entre música compuesta por inteligencia artificial (IA) y aquella creada por humanos. Este hallazgo plantea importantes interrogantes sobre la autenticidad en la industria musical, y resalta la creciente preocupación de los usuarios respecto a la transparencia en las plataformas de streaming.

La investigación involucró a 9.000 participantes en todo el mundo que debían identificar si las canciones que escuchaban eran generadas por IA o compuestas por artistas reales. De las tres pistas utilizadas en la prueba, dos eran fruto de la IA y solo una era una composición humana. Sin embargo, únicamente el 3% de los encuestados logró identificar correctamente su origen. Este resultado sorprendió a la mayoría, ya que el 71% manifestó que el resultado fue inesperado.

La investigación también reveló que el 52% de los participantes se sintieron incómodos al no poder diferenciar las composiciones auténticas de las sintéticas. Ante esta incertidumbre, el 80% de los encuestados afirmó que la música generada por IA debería estar “claramente etiquetada”. Además, el 73% expresó su deseo de que las plataformas de streaming informen si las listas de reproducción incluyen canciones generadas por IA.

En la actualidad, Deezer recibe más de 50.000 pistas compuestas por inteligencia artificial cada día, lo que representa aproximadamente el 34% de las nuevas composiciones en la plataforma. Sin embargo, esta tendencia ha suscitado preocupaciones sobre una posible “pérdida de creatividad” y la predominancia de música genérica y de baja calidad en los catálogos. Un 65% de los encuestados rechazó la práctica de utilizar material protegido por derechos de autor para entrenar modelos de IA sin el consentimiento de los artistas originales, y el 70% considera que la IA podría amenazar el sustento de compositores e intérpretes.

El CEO de Deezer, Alexis Lanternier, comentó que los resultados del estudio reflejan la importancia que tiene la música para los usuarios, así como su deseo de diferenciar si una canción fue creada por humanos o máquinas. Lanternier destacó que “la música generada por IA puede afectar la vida de los artistas”, y enfatizó el compromiso de la plataforma para proteger los derechos de los creadores.

Para garantizar la transparencia en el uso de música generada por IA, Deezer ha implementado medidas como la eliminación de canciones de IA de las recomendaciones automáticas y la desmonetización de aquellas que puedan ser problemáticas. A pesar de que actualmente la música generada por IA representa solo el 0,5% de las reproducciones en Deezer, el 70% de esas escuchas están vinculadas a acciones fraudulentas.

Identificar si una pista musical fue creada por humanos o por inteligencia artificial requiere prestar atención a ciertos detalles en la composición y la interpretación. Las obras realizadas por personas suelen presentar matices emocionales, variaciones en el ritmo y la intensidad, y pequeñas imperfecciones que reflejan la personalidad del intérprete. En contraste, la música generada por IA tiende a caracterizarse por una precisión extrema y una estructura repetitiva, careciendo de la fluidez y expresividad propias del arte humano.

A pesar de las inquietudes, la curiosidad por la música generada por IA no ha disminuido. Un 66% de los encuestados afirmó que probaría escuchar música creada por esta tecnología al menos una vez, y un 51% considera que la IA jugará un papel relevante en la industria musical en la próxima década. Sin embargo, el 69% opinó que los pagos por música hecha con IA deberían ser menores que los destinados a artistas humanos.

En conclusión, el avance de la inteligencia artificial en la música plantea desafíos significativos para la industria y para los oyentes. A medida que la línea entre la música creada por humanos y por máquinas se difumina, la necesidad de una regulación más clara y de un etiquetado adecuado se vuelve fundamental para proteger los derechos de los artistas y garantizar la autenticidad en la experiencia musical.

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