¡Increíble! El Incaa bonaerense desafía a Milei: ¿Estamos a un paso de una batalla cultural épica?

La reciente aprobación de la ley audiovisual bonaerense ha generado un eco significativo que trasciende las fronteras provinciales. Conocida como el “Incaa bonaerense”, esta normativa establece la actividad audiovisual como estratégica y crea un fondo inicial de $675 millones, en un contexto donde el ajuste cultural impulsado por la Casa Rosada ha suscitado intensas críticas y controversias. Este giro en la política cultural ha desatado una nueva ola de tensiones entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el presidente Javier Milei.
Cruces entre Nación y Provincia
Las reacciones desde el Gobierno nacional no se hicieron esperar. Voceros del partido libertario han calificado la ley como “populismo cultural”, señalando la inadecuación de invertir en la cultura en un momento de recortes generales. En contraposición, la administración bonaerense defiende que la ley busca sostener empleos en el sector audiovisual, resaltando su importancia en la generación de identidad cultural y exportaciones. Esta confrontación expone dos modelos claramente diferenciados: uno que aboga por una intervención activa del Estado y otro que promueve su reducción al mínimo.
En este contexto, Kicillof argumentó que la ley es fundamental tanto para la productividad como para la cultura, mientras que desde el ámbito nacional se insiste en la necesidad de achicar las funciones del INCAA y limitar su alcance. La controversia ha llegado incluso al Congreso, donde legisladores oficialistas han cuestionado la aparente contradicción entre la política de austeridad nacional y la decisión provincial de establecer un organismo propio. En los medios, funcionarios libertarios acusan a la provincia de mantener estructuras “obsoletas”, mientras que productores independientes celebran esta medida como un respaldo vital en tiempos de incertidumbre.
Un nuevo capítulo de la batalla cultural
La aprobación de la ley audiovisual se convierte en un reflejo de la pelea más amplia entre Nación y Provincia. Para Milei, la cultura debe mantenerse a través de aportes privados y mecanismos de mercado, mientras que Kicillof sostiene que la cultura forma parte de la economía del conocimiento y necesita políticas públicas estables para su sostenibilidad. Este escenario de “doble lectura” pone de manifiesto un enfrentamiento entre una administración provincial que busca consolidar producción y empleo, y un Gobierno nacional cuyo repliegue podría complicar la viabilidad del sector en el resto del país.
La repercusión política de esta medida es inmediata y podría intensificarse en el futuro. El “Incaa bonaerense” no solo reabre la batalla cultural, sino que también expone dos modelos de gestión cultural que están en abierta confrontación. La decisión de la provincia de Buenos Aires podría marcar un punto de inflexión en la forma en que se entiende y se apoya la producción cultural en Argentina, en un momento donde la identidad y la expresión artística son más cruciales que nunca.
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