¡Increíble! Estas 6 CCAA superan el crecimiento de España desde la Covid-19, ¡y Madrid es solo el comienzo! ¿Te lo vas a perder?

La inmigración, la estructura productiva y la productividad son factores clave que explican por qué el crecimiento del PIB de España se ha concentrado en algunos territorios, dejando a otros rezagados. Según los cálculos de Funcas, entre 2019 y 2024, el PIB español ha crecido un 7,1%, una cifra que, si bien señala la recuperación post-pandemia, oculta diferencias territoriales significativas.

Esta cifra se convierte en un referente para medir la brecha de crecimiento entre las diferentes comunidades autónomas. Algunas regiones han logrado recuperar más rápidamente su actividad económica, mientras que otras aún luchan por integrarse en este ciclo expansivo. En la parte alta del ranking, se encuentran seis comunidades que igualan o superan la media nacional del 7,1%. En primer lugar, destaca Madrid, con un avance acumulado del 10,7%, seguida de Islas Baleares con un 8%, y Comunidad Valenciana con un 7,8%.

En contraste, la mayoría de las regiones se sitúan por debajo de la media. Entre ellas, sobresalen La Rioja (7%), Murcia (6,8%), País Vasco (6%), Andalucía (5,7%) y Navarra (5,6%). Estas son comunidades que no han logrado beneficiarse del rebote del turismo, de la llegada de nuevos habitantes o de la reconfiguración de las cadenas de suministro, situaciones que han impulsado a otras regiones.

Por ejemplo, el PIB de Cantabria es actualmente un 5,1% superior al de 2019, mientras que el de Castilla-La Mancha ha crecido un 4,7%. Las regiones con menor crecimiento son Asturias (3,7%) y Extremadura (1,6%).

Índice
  1. El Efecto de la Inmigración
  2. Un Mercado Laboral Fragmentado

El Efecto de la Inmigración

Funcas advierte que el crecimiento de la economía española se sostiene en gran medida gracias a un "shock demográfico". Este fenómeno genera diferencias significativas entre el crecimiento total de las regiones y la riqueza que perciben realmente sus habitantes. Comunidades como Madrid, Valencia, y Cataluña, junto con los archipiélagos, han recibido un fuerte flujo de inmigración que alimenta sus mercados laborales y fortalece sectores intensivos en servicios.

Esta dinámica genera una paradoja: el PIB puede aumentar considerablemente en las regiones que reciben más población, pero la riqueza por habitante crece a un ritmo más lento debido al mayor número de residentes. Por el contrario, en regiones del norte, como Asturias, donde la llegada de población es menor, el crecimiento total puede ser limitado, pero puede haber un aumento más notorio en la productividad debido a que la actividad se distribuye entre menos ocupados.

Por ejemplo, se prevé que la Comunidad de Madrid crecerá un 3,3% en 2025, mientras que la riqueza media por habitante solo aumentará un 1,9%. En el caso de la Comunidad Valenciana, su economía total crecerá un 2,7%, pero su PIB per cápita solo avanzará un 0,8%, marcando el dato más bajo de España.

A pesar de las diferencias en las tasas de variación, la situación estructural de la riqueza sigue mostrando una clara hegemonía. Según datos del INE, Madrid tiene el PIB per cápita más alto, alcanzando los 42.198 euros, un 36,3% superior a la media nacional. Las proyecciones de Funcas para 2025 también confirman esta tendencia, con Madrid manteniendo un índice de riqueza del 37,2% sobre la media española.

En contraste, comunidades como Andalucía (-24,1%) y Extremadura (-23%) seguirán mostrando dificultades significativas, aunque se espera que experimenten leves mejoras.

Un Mercado Laboral Fragmentado

El mercado laboral español refleja igualmente esta dualidad, presentando tasas de desempleo muy distintas entre regiones. Funcas anticipa que la tasa de desempleo media del país caerá hasta el 10,3% en 2025, rompiendo finalmente la barrera psicológica de dos dígitos en 2026, momento en que se situará en 9,6%. Sin embargo, esta mejora no será uniforme, ya que regiones como País Vasco, Cantabria, Navarra y Aragón alcanzarán tasas de desempleo de entre 6,4% y 7%, consideradas compatibles con el pleno empleo.

Por otro lado, en el sur del país, Andalucía y Extremadura continuarán enfrentando las tasas de desempleo más altas, que se situarán por encima del 13%. Sin embargo, estas comunidades están experimentando caídas significativas en el desempleo desde 2024, lo que sugiere que las regiones históricamente rezagadas están viendo una convergencia acelerada. Canarias es un claro ejemplo de esta transformación, pasando de una tasa de desempleo del 20,5% en 2019 a una proyección de 11,7% para 2026, lo que representa una reducción de casi nueve puntos en siete años.

En conclusión, el panorama económico de España muestra un país donde el crecimiento del PIB y la riqueza individual no siempre están alineados, revelando no solo un contraste entre territorios, sino también la complejidad de la realidad económica que enfrentan las comunidades. Mientras algunas regiones prosperan gracias a la inmigración y otros factores, otras continúan luchando por alcanzar el mismo nivel de desarrollo.

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