¡Increíble! Lo que Racing nunca logró en Santiago del Estero y que puede costarle el título del Clausura 2025 ¡No te lo imaginas!

El Estadio Único Madre de Ciudades, ubicado en la ciudad de Santiago del Estero, será el escenario de la definición del Torneo Clausura 2025 el próximo sábado 16 de diciembre. Sin embargo, este estadio no trae buenos recuerdos para Racing, el primer clasificado para la final, ya que su inauguración el 4 de marzo de 2021 estuvo marcada por una aplastante derrota de 5-0 ante River Plate en la final de la Supercopa Argentina.

Ahora, Racing se prepara para enfrentar al ganador del clásico entre Gimnasia y Estudiantes, buscando borrar esas memorias dolorosas y dar vida a una nueva ilusión: coronarse campeón en un Clausura que comenzó de la peor manera, pero que ahora lo encuentra en una situación inmejorable, con un sprint positivo de 12 partidos consecutivos sin derrotas.

Poco después de aquel descalabro ante River, Racing volvió al Madre de Ciudades y tropezó nuevamente: en un partido de la Copa de la Liga, Central Córdoba lo derrotó 1-0, con un gol de Carlo Lattanzio. Sin embargo, la historia comenzó a cambiar para la Academia. Su primer festejo en el estadio santiagueño se produjo en julio de 2023 cuando venció a Central Córdoba por 3-1, gracias a un doblete de Enzo Copetti y un gol de Carlos Alcaraz.

Continuando con su racha en marzo de 2024, Racing logró nuevamente una victoria por 3-1 sobre el mismo rival, esta vez con un triplete de Adrián Maravilla Martínez. Sin embargo, la historia parecía repetirse cuando en diciembre de 2024, Central Córdoba le ganó por el mismo marcador. La última visita de Racing al Madre de Ciudades, el 3 de noviembre de 2025, terminó en un empate 0-0.

Desde entonces, Racing no ha hecho más que sumar. Con dos victorias en la fase regular y superando tres etapas de los playoffs, incluyendo a River en octavos de final y a Boca en semifinales, la Academia llega a la final con confianza renovada. En Avellaneda, nadie cree que el 13 de diciembre sea un número de mala suerte. Recobrada la épica de los mejores años de su historia, los dirigidos por Gustavo Costas y su fervoroso público sueñan con que, sobre el césped del Madre de Ciudades, sus jugadores vestidos de celeste y blanco den una nueva vuelta olímpica.

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