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El sistema político bonaerense se encuentra en un momento crítico a finales de 2025, ante la posibilidad de que la provincia de Buenos Aires no logre aprobar su presupuesto por tercer año consecutivo. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre en la Legislatura, donde el gobernador Axel Kicillof ya ha enviado su paquete de leyes, esperando la aprobación para enfocarse en los dos años restantes de su gestión.
Aunque todos los sectores muestran una aparente voluntad de consenso, hasta el momento no se han logrado avances concretos. Kicillof, que ha nombrado a sus principales colaboradores para el diálogo, se mantiene al margen de las negociaciones, lo cual ha generado más dudas que certezas. Sus allegados consideran que deberá ser “más generoso que el año pasado” para obtener el apoyo legislativo necesario.
La estrategia del Gobierno se ha visto alterada por el nombramiento de Mariano Cascallares y Gabriel Katopodis como interlocutores con la Cámara de Diputados. Aunque estos nuevos representantes han manifestado estar dispuestos a escuchar las demandas de la oposición, sigue en pie la incertidumbre sobre qué concesiones están dispuestos a hacer.
Desafíos Financieros en la Provincia
Uno de los puntos críticos en este escenario es el pedido de endeudamiento que Kicillof ha formalizado ante la Legislatura. Este pedido ha encontrado cuestionamientos tanto de la oposición como de miembros del oficialismo. El Gobierno insiste en que necesita recursos para enfrentar vencimientos de deuda, así como para financiar obras y transferencias a los 135 municipios, muchos de los cuales están en una situación financiera crítica.
Alcaldes de varias comunas han buscado dialogar con Kicillof y el ministro de Economía, Pablo López. Muchos han expresado su necesidad urgente de respuestas para aliviar las arcas municipales. La comunicación ha sido constante, pero las respuestas suelen ser poco satisfactorias. Kicillof ha instruido a sus representantes a recordar a los intendentes que, para ofrecer soluciones, necesita financiamiento, instando a que sus legisladores colaboren en la aprobación de la ley de presupuesto.
Dentro del kirchnerismo, hay una creciente preocupación por la magnitud del endeudamiento solicitado. Se estima que el presupuesto de 2026 se basará en un “esquema de endeudamiento sin precedentes”, que podría representar hasta el 30% del total de la deuda provincial. En total, el Gobierno proyecta un nuevo endeudamiento de USD 3.685 millones, lo que aumentará la fragilidad fiscal y condicionará la inversión real al financiamiento externo.
En los pasillos de la administración pública circula el rumor de que la necesidad de este endeudamiento es principalmente para garantizar el pago de salarios y aguinaldos. Mientras tanto, la postura oficial del Ejecutivo se limita a expresar que su prioridad es cumplir con el cronograma de pagos a todos los trabajadores, a la vez que esperan avances en la Legislatura respecto al proyecto de ley que demandan.
Este entramado político y financiero en la provincia de Buenos Aires pone de relieve la complejidad de las negociaciones en un año electoral, donde el consenso es más crucial que nunca, pero las posturas siguen sin acercarse. A medida que se aproxima el final de 2025, la incertidumbre sobre el presupuesto y la salud financiera de los municipios podría tener repercusiones significativas en la estabilidad política y económica de la región.
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