¡Increíble! Un partido pasó de 140 diputados a solo 12 en un año: ¿Qué pasó realmente?

La reciente performance electoral de la Unión Cívica Radical (UCR) en octubre ha suscitado preocupaciones dentro del partido, que se enfrenta a una nueva crisis de identidad y fortaleza. Después de haber obtenido solo el 2,3% de los votos en las elecciones presidenciales de 2003 con Leopoldo Moreau como candidato, la UCR enfrenta lo que podría ser su segunda peor caída desde el retorno a la democracia. Un dato que marca esta debacle es que, a fines de la década de los '90, el partido contaba con un bloque de más de 140 diputados nacionales, mientras que actualmente ese número se ha reducido a solo 12.

De esos 12 diputados, se estima que solo 7 u 8 representan al radicalismo, 3 a Provincias Unidas, encabezados por Martín Lousteau, y el resto queda en un interrogante. La situación es un poco mejor en el Senado, donde la UCR cuenta con 10 legisladores. Sin embargo, esta cifra no es suficiente para marcar un impacto significativo en la política nacional. La Libertad Avanza (LLA) tiene 21 senadores, mientras que el PRO suma 4, lo que les permite llegar a 25. Si logran un acuerdo con los gobernadores radicales para sumar sus 10, podrían alcanzar los 35 y acercarse al quórum propio.

En este contexto, el radicalismo se enfrenta a importantes decisiones sobre su futuro. Con un liderazgo fragmentado y el partido dividido, la elección del próximo presidente del Comité Nacional de la UCR se dará en un marco marcado por dos corrientes de pensamiento. Por un lado, hay quienes abogan por una oposición moderada que acompañe ciertos proyectos del Gobierno; por otro, una oposición más reticente. Un participante de estas discusiones mencionó que en 2023, previo al plenario para elegir al jefe del partido, se reunieron en un hotel cerca del Obelisco figuras clave como Gerardo Morales, Martín Lousteau, Gustavo Valdés y Alfredo Cornejo.

Las diferencias entre Valdés y Cornejo respecto a la figura de Lousteau fueron evidentes, ya que ambos se opusieron a su designación por discrepancias acerca del éxito del gobierno de Javier Milei. Sin embargo, Morales, quien parece contar con la mayoría de los delegados, cerró la discusión a favor de Lousteau. Tras una gestión cuestionada, los candidatos en pugna para liderar la UCR son precisamente aquellos que criticaron la elección de Lousteau: Cornejo y Valdés.

Cornejo sostiene que el radicalismo debe mantener independencia y contar con bloques propios, sin formar interbloques con LLA ni con Provincias Unidas. Es crítico respecto a que el partido debe apoyar reformas estructurales propuestas por el gobierno, no solo por su alianza con Milei en las elecciones, sino también porque ha estado involucrado en la elaboración de varias de esas reformas. Desde su entorno, se afirma que “todos los gobernadores radicales, sin excepción, quieren llevarse bien con Milei”.

En el caso de Valdés, su posición es ligeramente diferente. El gobernador de Corrientes no logró establecer una alianza con los libertarios en su provincia, no por falta de interés, sino porque las exigencias de Karina Milei y Lule Menem resultaron demasiado elevadas, incluyendo el pedido de postular a su hermano Juan Pablo como candidato a gobernador, quien finalmente ganó y asumirá el cargo el próximo 10 de diciembre. Esto lo ha colocado en una posición de oposición frente al oficialismo, y algunos lo ven acercándose a un espíritu más crítico dentro de Provincias Unidas.

Aparte de las figuras mencionadas, otros nombres como Maximiliano Abad, vinculado al radicalismo bonaerense, se enfocan en la reconstrucción del partido tras la débil elección en su provincia. Sin embargo, no se proyecta más allá de este objetivo inmediato. Entre las voces más experimentadas se sugiere que la UCR podría participar en una interna presidencial junto a Milei en 2027, replicando el esquema de Cambiemos, donde Milei tomaría el lugar de Macri.

Todo esto, claro, depende de cómo la gestión libertaria mantenga su nivel de apoyo. Si Milei no logra una reelección holgada, se abre la posibilidad de que la UCR construya una alternativa equidistante al gobierno. Sin embargo, la relación entre Milei y el radicalismo no es sencilla. El Presidente ha manifestado en privado que no cuenta con amigos radicales y ha criticado abiertamente el modelo de Estado promovido por Raúl Alfonsín, figura emblemática del partido.

En este contexto, la propuesta de Santiago Caputo de formar una coalición liderada por Milei que incluya al PRO y sectores del peronismo y la UCR, mostró signos de debilidad cuando sugirió que el radical cordobés Rodrigo de Loredo asumiera como ministro de Defensa, lo cual fue rechazado por Milei.

El futuro de la UCR parece incierto y lleno de desafíos, donde el partido deberá definir no solo su postura frente al actual gobierno, sino también su identidad y su rol en el escenario político argentino.

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