¡Increíble! Una potencia mundial revela cómo alargó los días en la Tierra y los efectos que esto tendrá en TU vida. ¡Entérate YA!

La ciencia ha demostrado, una vez más, que las acciones humanas pueden alterar aspectos fundamentales del funcionamiento de nuestro planeta. Un reciente informe de la NASA ha revelado que una de las infraestructuras más colosales jamás construidas, la Presa de las Tres Gargantas en China, ha tenido efectos medibles sobre el eje de rotación de la Tierra. Este hallazgo sorprende no solo por su escala, sino también por sus implicaciones a nivel global.

La Presa de las Tres Gargantas, ubicada sobre el río Yangtsé, es la central hidroeléctrica más grande del mundo y acumula cerca de 40 kilómetros cúbicos de agua en su embalse. Esta masiva concentración de agua supera el peso combinado de toda la población mundial, lo que ha generado una significativa redistribución de la masa terrestre. Según los científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, esta redistribución ha desplazado el eje del planeta aproximadamente dos centímetros. Como resultado, los días en la Tierra se han alargado en 0,06 microsegundos.

El geofísico Benjamin Fong Chao explicó este fenómeno utilizando una analogía simple: “Cuando se redistribuye la masa lejos del eje, la rotación cambia”. Comparó el efecto con el de un patinador que, al extender los brazos, reduce su velocidad de giro. “El momento de inercia del planeta aumenta y, en este caso, el resultado es que los días se vuelven levemente más largos”.

Un Cambio Sin Precedentes

Hasta ahora, alteraciones de este tipo solo se habían registrado tras grandes catástrofes naturales. Por ejemplo, en 2004, un terremoto que provocó un tsunami en el Océano Índico modificó la rotación de la Tierra y acortó la duración del día en 2,68 microsegundos. Sin embargo, la diferencia con el caso actual es sustancial: por primera vez, se observa que una construcción humana puede tener un impacto comparable al de fenómenos geológicos.

La revista Geophysical Research Letters había advertido en 2010 sobre el potencial de infraestructuras de gran escala para provocar efectos geofísicos medibles. Ahora, este pronóstico se ha hecho realidad, consolidando la actividad humana como un nuevo actor que puede intervenir en los equilibrios naturales del planeta.

Además de sus implicaciones científicas, la Presa de las Tres Gargantas ha transformado la región de manera significativa. Ha mejorado el transporte fluvial, contribuido a la prevención de inundaciones y generado más de 80.000 millones de kilovatios-hora de energía al año. Sin embargo, su impacto ya no se limita únicamente al ámbito local o económico; el mayor embalse del mundo ha dejado una marca profunda en la dinámica misma de la Tierra.

Con este descubrimiento, nos encontramos ante un nuevo paradigma: la infraestructura humana no solo moldea el paisaje, sino también los mismos fundamentos que rigen nuestro planeta. Esta revelación invita a una profunda reflexión sobre el papel que desempeñamos en la salud del medio ambiente y la necesidad de considerar las numerosas consecuencias de nuestras acciones.

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