¿La reforma laboral que podría dejar a 2 millones sin trabajo? ¡Descubre la verdad oculta!

La situación laboral en Argentina se encuentra en un punto crítico, marcado por el modelo de apertura de importaciones que implementa el gobierno de Javier Milei, caracterizado por un atraso cambiario y la reducción de aranceles. Este enfoque ha generado un debate esencial en el ámbito parlamentario sobre la sostenibilidad de la producción y el empleo en el país. A pesar de que el gobierno evita abordar este tema de fondo, la realidad es que muchas empresas consideran que, bajo el actual esquema, es más conveniente importar que producir localmente.

Las cifras no dejan lugar a dudas. Según el último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, el número de trabajadores registrados en el país disminuyó en 276.624 puestos. En el mismo periodo, se cerraron 19.154 empresas con personal registrado, lo que equivale a casi 30 cierres diarios. Este panorama alarmante se agrava con el reciente informe de la Secretaría de Trabajo de la Nación, que reporta que en el primer trimestre de este año se abrieron 16.902 empresas, mientras que 19.199 cerraron, resultando en una pérdida neta de 2.297 compañías.

Otro dato preocupante es el aumento en el número de empresas que han solicitado procesos preventivos de crisis. Hasta octubre de este año, se registraron 143 de estos convenios de emergencia, la cifra más alta desde 2018 y 2019, superando todos los registros de 2024. Esta situación pone de manifiesto la tensión existente entre el gobierno y los sindicatos, especialmente en el contexto de las reformas laborales que se están discutiendo.

El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ha impulsado la eliminación del aporte sindical obligatorio, un punto de fricción entre gremios y empresarios. Sturzenegger argumenta que un empleado puede llegar a pagar hasta $1,3 millones al año por estos aportes. Además, el gobierno busca eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, un principio que permite que estos convenios mantengan su vigencia hasta que sean reemplazados por otros. La eliminación de este principio podría debilitar la posición negociadora de los sindicatos.

En este contexto de incertidumbre y tensión, se espera que el gobierno presente su reforma laboral antes de fin de año, aunque no se trataría hasta febrero en sesiones extraordinarias. Las reuniones finales del Consejo de Mayo han revelado diferencias significativas entre los representantes de los sectores empresarios y gremiales, lo que augura un camino complicado para la implementación de cualquier cambio legislativo. La ansiedad en el sector privado por conocer el alcance de las reformas es palpable, ya que la reforma laboral es uno de los temas que más se ha discutido, pero que también carece de consensos amplios.

Es indiscutible que son necesarios cambios profundos en el régimen de empleo. Sin embargo, muchos coinciden en que simplemente aprobar esta ley no generará más trabajo si la economía no presenta condiciones propicias para ello. Este consenso entre sindicatos y empresarios subraya la gravedad de la situación actual y la necesidad de un enfoque equilibrado que contemple tanto la protección de los derechos laborales como la reactivación de la economía.

La realidad que enfrenta Argentina es compleja y se encuentra en un cruce de caminos. La implementación de políticas que prioricen la producción local y el empleo debería ser un objetivo fundamental, especialmente en un momento donde los indicadores muestran un claro deterioro en la situación laboral del país.

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