¿Las fábricas inteligentes nos dejarán SIN empleo? ¡Descubre el futuro que nadie quiere contar!

Ante el avance de la robotización y la inteligencia artificial (IA), el gobierno de China está implementando un ambicioso plan que incluye el desarrollo de 72 nuevas profesiones, así como más de 15 programas laborales, ferias de empleo y 29 parques de recursos humanos. El objetivo es claro: evitar que el desempleo supere el 5,1% registrado en noviembre de 2022.

La imagen que muchos tienen de las fábricas chinas evoca un escenario de grandes galpones con operarios trabajando en condiciones precarias. Sin embargo, la realidad ha cambiado drásticamente. Hoy, el país cuenta con aproximadamente 30.000 fábricas inteligentes que integran los últimos avances en robótica, Big Data, Internet de las Cosas e IA. Este fenómeno es parte de lo que el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) califica como la "segunda modernización de China".

Las fábricas actuales se asemejan más a laboratorios virtuales que a los entornos ruidosos de antaño. Por ejemplo, en las plantas automotrices de Chongqing, donde se produjeron 1.659 millones de vehículos en los primeros meses de 2025, la automatización ha reducido drásticamente la necesidad de mano de obra. Del mismo modo, en los talleres inteligentes de calzado de Putian, se fabrican diseños personalizados en menos de una hora, adaptándose a los gustos del cliente.

No es casualidad que China haya alcanzado este nivel de modernización. La transición comenzó hace más de una década y, desde 2024, se ha reforzado la clasificación de las fábricas inteligentes en cuatro niveles según su tecnología y nivel de integración. Actualmente, más de 22.000 fábricas operan en el nivel básico, unas 7.000 avanzadas, 500 de excelencia y solo 15 han alcanzado la calificación máxima de pioneras, que abarca más del 80% de los sectores manufactureros.

Durante la Conferencia Mundial de Fabricación Inteligente 2025, el viceministro de Industria y Tecnología de la Información, Xin Guobin, reveló que la escala industrial de los equipos de fabricación inteligente, software y soluciones en China supera los 635.500 millones de dólares. Un reciente informe del Diario del Pueblo indicó que los ciclos de desarrollo industrial se han acortado en casi un 30%, la eficiencia de la producción ha aumentado más del 22%, las tasas de defectos se han reducido a la mitad y las emisiones de carbono han disminuido aproximadamente un 20%.

El Desafío del Desempleo

Sin embargo, este avance tecnológico plantea un grave desafío: ¿qué pasará con los millones de trabajadores que están siendo desplazados por la IA y la automatización? El reconocido historiador Yuval Noah Harari advirtió que podríamos llegar a un punto en el que el sistema económico considere a muchas personas como "completamente inútiles". Para contrarrestar esta tendencia, el gobierno chino ha decidido no contabilizar cuántos trabajadores están quedando fuera del sistema; en cambio, han optado por una ofensiva quirúrgica que busca aumentar la formación profesional y rediseñar completamente el mercado de recursos humanos.

Desde el inicio del XIV Plan Quinquenal (2021-2025), el sector de servicios de empleo ha crecido a "tasas chinas", asistiendo anualmente a aproximadamente 300 millones de trabajadores y más de 50 millones de empleadores. El establecimiento de 36 ferias de empleo estatales y 29 Parques Industriales de Servicios de Recursos Humanos (PISRH) ha permitido al gobierno redirigir sus esfuerzos hacia las fábricas inteligentes y la economía digital, con el fin de reducir la brecha entre la oferta de talento y las necesidades industriales.

China dispone de más de 220 millones de trabajadores calificados, de los cuales alrededor de 71 millones son altamente calificados. Esta vasta reserva de habilidades es esencial para asegurar la "autosuficiencia y fortaleza de alto nivel" en ciencia, tecnología y modernización industrial. Desde Beijing, se subraya que el desafío no es solo adaptarse al futuro automatizado, sino asegurar que estas fábricas cada vez más inteligentes sigan requiriendo la intervención humana para su diseño, mantenimiento y mejora.

En los últimos cinco años, China ha reconocido 72 nuevas profesiones, generando títulos y doctorados que hace una década eran inimaginables. Además, se han destinado más de 66.000 millones de dólares en subsidios de empleo y más de 18.000 millones de dólares en reembolsos laborales, no como un gesto social, sino como una estrategia política para evitar que la transformación digital desestabilice el tejido social y económico del país.

La segunda modernización china ya no depende únicamente de su capacidad de producción, sino de su habilidad para formar, reinventarse y atraer talento joven. Mientras el mundo debate cómo enfrentar el desafío del desempleo provocado por la automatización, China parece haber optado por una solución más proactiva: reiniciar todos sus motores al mismo tiempo, creando nuevas profesiones, ofreciendo subsidios millonarios y promoviendo la capacitación constante. En un panorama global donde las fábricas inteligentes están reconfigurando la producción, el enfoque chino ofrece un modelo alternativo, buscando evitar que el empleo de millones sea el precio que se pague por el progreso tecnológico.

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