El Fernández versus Fernández digital
por Diego Corbalán
Pensar la relación de poder en el corazón del oficialismo remite a dos nombres y un apellido: Alberto y Cristina Fernández.
Él y ella constituyen el corazón de un frente político que coronó un triunfo electoral impensado en la previa de las candidaturas de ambos.
Sin embargo, su victoria en las PASO de agosto de 2019 y en las generales de octubre del mismo año despejaron dudas que, sin embargo, vuelven recurrentemente.
Lo que flota en el aire del oficialismo es una sensación de «doble comando» político que muchas veces es ficción, pero en tantas otras es realidad.
Con Scidata Argentina venimos analizando la constitución y desarrollo del proceso político que marcó el retorno al poder del kirchnerismo, con datos recopilados desde mediados de 2018.
En este informe repasamos números, analizamos el presente y dejamos algunas puntas de análisis a futuro.
El largo camino hacia la presidencia
En este primer gráfico que presentamos, queda resumido el derrotero de la relación del Frente de Todos en el último año.
Para lograr este indicador tomamos la suma de menciones de respaldo en la red social Twitter por el actual presidente, Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández.
En base con el 100% de apoyos entre usuarios geolocalizados en la Argentina, los repartimos entre cada uno de los socios del oficialismo.
El resultado queda a la vista: en agosto de 2019 el triunfo electoral del Frente de Todos en las PASO mostraba la consolidación de Alberto Fernández como candidato presidencial.
Como lo llamamos en su momento, el peron-kircherismo (es decir, el kirchnerismo sumado a espacios del tradicional peronismo no suscriptor a las expresiones ideológicas de la centroderecha argentina) funcionaba.
El indicador arrojaba casi un 69% de respaldo político para Alberto y poco más del 31% para Cristina Fernández.
Sin embargo, desde agosto hasta diciembre de 2019, el candidato presidencial recortaría su protagonismo en el espacio del Frente de Todos.
La victoria en las primarias envalentonaba a las filas del kirchnerismo más duro y alentaba a la figura de su jefa política.
De hecho, Cristina Fernández se hizo más visible en el interregno entre las PASO y las elecciones generales de octubre.
Una vez consumado el triunfo presidencial, comenzaría una recuperación del liderazgo político del flamante presidente, en detrimento de su vice.
En diciembre, el indicador llevó el respaldo a Alberto a casi el 60% a poco más del 40% para Cristina.
Verano (políticamente) caliente
Ya con el calor del verano y de la dinámica del nuevo gobierno, el presidente volvería a sufrir una merma en su liderazgo interno.
Especialmente en febrero, este descenso llevó a que el indicador tocara el valor más bajo de la serie histórica analizada: 51%.
Cristina Fernández tocaba el 49% restante y empardaba el liderazgo interno, al menos desde la perspectiva de los usuarios relevados en Twitter, publicando sobre ambos dirigentes del Frente de Todos.
Sin embargo, luego llegaría el histórico marzo de este año.
La declaración de la cuarentena le daría al presidente centralidad en la toma de decisiones de gobierno y un elocuente retroceso político de su vicepresidenta.
Este protagonismo de Alberto Fernández llevó a que el indicador de respaldo entre la militancia oficialista creciera a poco más del 71%.
Incluso con el correr de la cuarentena, el porcentaje (con oscilaciones) siguió creciendo hasta acariciar casi el 85% en junio.
¿El indicador estaba mostrando una realidad incómoda en la relación de «Los Fernández»?
Reforma judicial, ¡a escena!
Más allá de las especulaciones políticas, lo cierto es que julio marcó un cambio en la correlación de fuerzas al interior del oficialismo.
Los datos que venimos mostrando, que elaboramos con Scidata Argentina, nos muestran un descenso en el liderazgo político del presidente Fernández en beneficio de su vice Fernández.
El indicador bajó al 73% para el jefe de Estados y un crecimiento a casi el 27% para la presidenta de la Cámara de Senadores.
Esta alteración en la correlación de fuerzas en el oficialismo se dio en momentos en los que la discusión política se agitaba especialmente por la llamada Reforma Judicial.
El debate provocó dos fenómenos.
Como decíamos, por un lado, Alberto Fernández recortó su peso en el liderazgo del oficialismo.
Por el otro, su imagen digital dejó de deteriorarse luego de varios meses de crecimiento de las menciones negativas y baja de las positivas.
Si bien en abril ya observábamos una contracción de la reputación digital del presidente, este fenómeno se sostuvo hasta junio.
Sin embargo, es cierto que las menciones positivas también bajaron en julio, luego de mantenerse estables durante los meses anteriores.
Por el lado de Cristina Fernández, su perfil en alza hasta entonces cambió a partir de junio-julio, y se tradujo en un marcado deterioro de su reputación digital.
Como observamos en el gráfico ese deterioro ya venía dándose desde marzo, con el crecimiento constante de las menciones negativas.
Luego de gozar de un diferencial muy favorable entre menciones positivas y negativas hasta el mes de mayo, en adelante los valores se darían vuelta, y negativamente.
Sin duda, la vicepresidenta vuelve a pagar el precio de su trascendencia.
Su visibilidad la expone, pero, a su vez, deteriora su imagen.
Se trata, ni más ni menos, que de la misma incertidumbre que gravitó durante todo 2019, que vuelve a planear sobre la figura de la dos veces presidenta.
Por quien se interesan las redes
Otro plano de análisis del comportamiento de los usuarios de redes sociales sobre la figura del presidente y la vice es el de la expectativa digital por la figura de ambos dirigentes, y no por lo que se escribe de ellos.
Para ello, nos basamos en el social media reach, métrica que mide el total de cuenta alcanzadas por publicaciones, en este caso, de Alberto y Cristina Fernández, más los principales dirigentes nacionales.
Entre diciembre y julio vuelve a advertirse el protagonismo del presidente en Twitter por sobre el resto de la dirigencia.
Este reach muestra a Alberto Fernández liderando en el indicador durante todos los meses, solo con algunos declives en febrero y junio.
El resto del período de análisis, el presidente logró niveles de reach que alcanzaron a tocar los 57 millones de cuántas únicas en abril, pleno pico de la expectativa por las medidas políticas aplicadas por el avance del coronavirus.
Este pico volvió a ser importante en julio, con casi 39 millones de usuarios alcanzados, geolocalizados en la Argentina.
En la serie histórica, es notorio el diferencial en favor de Fernández, con niveles elevados de Mauricio Macri hasta enero para luego ir descendiendo.
También se observa un paulatino descenso del interés por la figura de Cristina Fernández, para alcanzar las 3 millones 400 mil cuentas en julio (apenas el 10% de lo logrado por su socio político, Alberto Fernández).
Este claro dominio del presidente sobre el resto de la dirigencia (y por sobre su vice) tiene otros datos que refuerzan el fenómeno.
Al medir el alcance de las menciones a los Fernández en las redes y la Web, también se evidencia el dominio del jefe de Estado sobre su socia política.
En redes sociales (en este caso en Twitter), el 96% de las menciones correspondieron al presidente y el 4% restante fueron a su vice.
En las publicaciones Web (portales de noticias, páginas Web y blogs) el 92% de las citas fueron a Alberto Fernández y el 8% restante correspondieron a Cristina.
Pandemia política
La crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus deja poco margen para dudas.
El control político de la situación está en manos del presidente Alberto Fernández.
Su vicepresidenta es una perfecta actriz de reparto en este sentido.
Y así lo ven y lo comentan a diario las redes sociales.
Con Scidata Argentina elaboramos las nubes de palabras más usadas en los perfiles del presidente y la vice.
En el caso de Alberto Fernández se observa con notoriedad el protagonismo de la semántica sanitaria («pandemia», «virus», «coronavirus»).
Lo político («Mauricio Macri», «medida», «Axel Kicillof») y lo económico («crisis», «económico», «leche»») aparecen muy retirados de la centralidad del tema salud.
No es casual que una de las notas de más peso en el mundo Web sea una del diario La Nación con declaraciones del ministro de Salud porteño, Fernán Quiróz, con citas al presidente Fernández:
Otra de las publicaciones de más trascendencia con el nombre de Alberto Fernández es la que recoge declaraciones de otro de los funcionarios más visibilizado en la crisis sanitaria del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Se trata del ministro de Salud de la provincia Buenos Aires, Nicolás Kreplak:
Cristina, entre protagonismo y rechazo
Por su parte, en el perfil de Cristina Fernández, el panorama luce muy distinto.
Lo político («Mauricio Macri», «Alberto Fernández») predomina en la charla sobre la vicepresidenta.
Recién en segundo lugar se visibiliza la charla por lo sanitario («coronavirus», «pandemia», «salud») y más atrás lo económico («crisis», «trabajo», «empresa»).
Entre las menciones de más trascendencia digital a Cristina Fernández aparece el periodista Luis Majul, mediante una nota del diario La Nación:
También figura entre las notas online más leídas un artículo que refleja el procesamiento del exministro del Transporte del macrismo, Guillermo Dietrich.
Lejos de asociarla con la crisis sanitaria argentina, el diario español El País publicó una nota sobre la marcha atrás de la nacionalización de la cerealera Vicentin, con referencias a la presidenta del Senado.
El artículo aparece en el rastreo del perfil de Cristina Fernández por las menciones que hace de su figura política como influyente en el intentó de estatizar a la compañía de capitales argentinos.
Alberto al gobierno; ¿Cristina al poder?
Una primera conclusión para dejar de este análisis digital de la charla sobre el presidente de la Nación y su vice es que, a las claras, el que manda en el gobierno es Alberto Fernández.
Su rol es central en la toma de decisiones, especialmente con el desarrollo de la cuarentena.
Si bien el papel que jugó Cristina Fernández es gravitante en la dinámica del gobierno, no deja de tener un peso relativo.
Es cierto, como marcamos, que los intentos de imponer una agenda política por fuera de lo sanitario dieron más relevancia a su figura digital.
Pero apenas cuando la espuma de la rosca política baja, la crisis sanitaria vuelve a escena.
Y de esa manera, restituye la correlación de fuerzas a favor del presidente Fernández.
¿Será por eso que el jefe de Estado es señalado por estar «enamorado» de la cuarentena?
Algo de lo dicho lo deslizó el escritor y periodista Jorge Asís.
Una de las menciones más importantes del último mes, justamente, hacen mención de ese «afecto político» del presidente por la cuarentena:
Y no es menos cierto que el gobierno busca construir su propia agenda sanitaria, más allá de los méritos propios.
La noticia sobre la muy probable producción local de una vacuna contra el coronavirus mostró a la gestión de Alberto Fernández casi haciendo propio el anuncio.
La novedad, claro está, copó la atención de los medios e hizo que fuesen de las publicaciones de más influencia sobre la figura presidencial:
En búsqueda del puerto seguro
No sabemos si hay enamoramiento presidencial por la cuarentena.
Pero sí hay una clara conveniencia de que ella sea una suerte de trozo de madera del cual aferrarse políticamente.
Manteniéndose flote, el barco (el país) podrá entrar en astilleros para su eventual reparación.
Pero primero deberá llegar a puerto seguro, en aguas agitadas por la crisis sanitaria, las consecuencias social y políticas de esta y una incertidumbre que quedará pegada al inicio de la campaña electoral 2021.