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Brecha digital en pandemia: los adolescentes, en el centro del problema

No hay comentarios | Publicado el miércoles 28 de octubre

La ONG Chicos.net, con apoyo de Facebook y expertos de distintas disciplinas, realizó un trabajo para indagar en las vivencias de los jóvenes de 13 a 18 años en el contexto de la pandemia.

El estudio se desarrolló en base a menores pertenecientes a sectores medios y de bajos recursos del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA).

La intensión fue relevar el impacto del acceso a la tecnología en las experiencias de los adolescentes, su acceso a la educación, sus expectativas para el futuro, y la profunda disparidad de recursos durante la cuarentena.

La brecha digital

Los jóvenes que participaron del estudio reconocieron que el aislamiento social los llevó a valorar la salud y el estar más con la familia.

Sin embargo, advirtieron los problemas generados por la llamada brecha digital.

Este fenómeno se evidencia por la posibilidad o no de contar con conexión a Internet, disponer de un celular o una computadora.

No contar con esos elementos implica quedar fuera de la posibilidad de estudiar o de relacionarse con las demás personas.

Entre los principales hallazgos, se destacan:

  • Durante la pandemia, la tecnología aumentó su grado de protagonismo en la sociedad. Acceder a ella resulta clave para estar y sentirse socialmente incluidos. Sin tecnología los adolescentes se sienten “fuera del mundo” (de la escuela, de los amigos, etc).
  • Esta realidad afecta en mayor medida a los adolescentes de sectores de bajos ingresos. Ellos corren riesgo de quedar fuera del sistema educativo por no contar con los dispositivos, conectividad, apoyo familiar o docente que requieren para continuar con su escolaridad.
  • El principal medio de comunicación de la escuela con los adolescentes de sectores populares es Whatsapp. Sin embargo, el uso compartido de dispositivos en las familias dificulta la fluidez de diálogo con los profesores y profesoras. Ante esto, los adolescentes pierden contacto con lo que sucede en la escuela, lo que les genera la sensación de estar excluidos.
  • Madres y padres de sectores populares no suelen contar con la información adecuada o con los recursos para sostener el cuidado de la salud familiar.
  • En los sectores populares las madres y padres cuentan con menor disponibilidad de tiempo y recursos para ocuparse del bienestar de sus hijos e hijas en este sentido.

Los adolescentes de ambos sectores imaginan un mundo que no volverá a la “normalidad” hasta que exista una vacuna.

En los sectores medios, existe el convencimiento de que el mundo no va a haber aprendido verdades profundas que le permitan realmente cambiar la sociedad.

En los sectores populares predomina la creencia en el poder de la solidaridad comunitaria, en la que sociedad civil y Estado deben jugar un papel preponderante.

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