¡Revelado! ¿La dieta vegana o la mediterránea? Un estudio español sorprendente muestra qué opción está destruyendo el planeta. ¡No te lo pierdas!

En la actualidad, solamente el 1,1 % de la población mundial es vegana, aunque este número ha ido en aumento. En Alemania, por ejemplo, el número de veganos prácticamente se duplicó entre 2016 y 2020, alcanzando el 2% de la población, mientras que en el Reino Unido se ha registrado un incremento de 2,4 veces entre 2023 y 2025, llegando al 4,7%. Aunque el avance es lento, es constante.

Una de las principales razones que motiva a las personas a adoptar el veganismo son los beneficios para la salud. Se estima que pasar de una dieta occidental típica a una vegana puede reducir el riesgo de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles entre un 18% y un 21%.

Además, la adopción de dietas basadas en plantas, como el veganismo, juega un papel crucial en la reducción de la huella ecológica. Un estudio realizado por científicos españoles y publicado en Frontiers in Nutrition ha calculado con precisión cuánto disminuyen las emisiones y el uso de recursos naturales gracias a estas dietas. También se demostró que pueden aportar prácticamente todos los nutrientes esenciales.

El estudio concluye que la dieta vegana causa menos emisiones y consumo de agua / Agencias

«Comparamos dietas con la misma cantidad de calorías y descubrimos que pasar de una dieta mediterránea a una vegana generó un 46% menos de CO2, utilizando un 33% menos de tierra y un 7% menos de agua, y también se redujo la emisión de otros contaminantes relacionados con el calentamiento global», explica Noelia Rodríguez-Martín, investigadora postdoctoral del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y autora principal del estudio.

El Impacto de las Dietas

Rodríguez-Martín y su equipo elaboraron cuatro menús diarios nutricionalmente equilibrados, con una duración de una semana, que incluían desayuno, un tentempié a media mañana, almuerzo y cena. Cada dieta estaba diseñada para aportar 2.000 kilocalorías diarias, y su composición se basó en las recomendaciones de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, la Unión Española Vegetariana, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Cuanto más vegetales en el plato, menos impacto ambiental

Cuanto más vegetales en el plato, menos impacto ambiental / Agencias

La dieta de referencia fue una dieta mediterránea omnívora saludable, rica en frutas y verduras, cereales integrales y proteínas magras, con cantidades moderadas de pescado, aves y carne. Las otras dos dietas eran pescetarianas y ovolactovegetarianas, respectivamente, incluyendo pescado y marisco o huevos y lácteos, pero sin carne. La cuarta dieta era vegana, donde todos los alimentos de origen animal se sustituyeron por alternativas vegetales como tofu, proteína de soja texturizada, tempeh, yogur de soja, semillas o legumbres.

Los resultados mostraron que las emisiones totales de gases de efecto invernadero, desde el origen hasta la cocina, disminuyeron desde los 3,8 kg diarios de CO₂ equivalente para la dieta omnívora a 3,2 kg diarios para la dieta pescetariana, 2,6 kg diarios para la dieta ovolactovegetariana y 2,1 kg diarios para la dieta vegana; una reducción del 46 %.

Se observó un patrón similar en el consumo de agua, que se redujo un 7%, de 10,2 metros cúbicos para la dieta omnívora a 9,5 metros cúbicos para la dieta vegana. En cuanto a la ocupación de tierras agrícolas, disminuyó un 33%, pasando de 226 a 151 puntos en una puntuación ponderada de impacto ambiental asociada al uso de la tierra, expresada por día de dieta. Curiosamente, la dieta vegana mostró reducciones de más del 50 % en indicadores clave de impacto en el ecosistema en comparación con la dieta omnívora de referencia, además de una disminución superior al 55 % en la incidencia de enfermedades.

Las macrogranjas ganaderas consumen gran cantidad de agua y emiten gases de efecto invernadero

Las macrogranjas ganaderas consumen gran cantidad de agua y emiten gases de efecto invernadero / Agencias

«Nuestros análisis demostraron que los tres menús basados en plantas eran nutricionalmente equilibrados, y solo la vitamina D, el yodo y la vitamina B12 requerían atención especial. En general, los indicadores resaltan claramente las ventajas ambientales y para la salud de las dietas basadas en plantas en comparación con la dieta omnívora de referencia», afirmó Rodríguez-Martín.

En la comparación entre las cuatro dietas —omnívora, pescetariana, ovolactovegetariana y vegana—, el patrón fue claro: a mayor cantidad de alimentos de origen vegetal, menor es la huella ecológica. La dieta pescetariana mostró mejoras moderadas, aunque la producción de pescado conlleva algunos costes ambientales. Las dietas vegetarianas también obtuvieron buenos resultados, reduciendo las emisiones de carbono en aproximadamente un 35%.

Para quienes desean ayudar al planeta, aunque no estén dispuestos a renunciar por completo a los alimentos de origen animal, los autores ofrecen un mensaje alentador: "No es necesario hacerse completamente vegano para marcar la diferencia."

Incluso pequeños pasos hacia una dieta más basada en plantas pueden tener un impacto significativo en la reducción de emisiones y el ahorro de recursos. Cada comida que incluye más vegetales contribuye a que las personas y el planeta gocen de mejor salud”, concluyó Rodríguez-Martín.

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