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El Dr. en Geografía Física y profesor de Investigación en el Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC ha sido reconocido internacionalmente por su trabajo en la variabilidad climática y sus impactos, en particular en el estudio de las sequías. Este destacado investigador recibió el galardón en la quinta edición de los premios ACES-Margarita Salas en la categoría de Química y Ciencias Medioambientales, un reconocimiento otorgado por la Asociación de Científicos Españoles en Suecia, con el respaldo de la Fundación Margarita Salas y la Embajada de España en Suecia. Este premio busca destacar la contribución internacional de científicos españoles y su impacto en el conocimiento científico.
En una conversación sobre la evolución del conocimiento acerca de las sequías, el Dr. subrayó que, si bien históricamente se ha hablado de sequía de manera genérica, este fenómeno es uno de los más difíciles de cuantificar. “Es más complicado que las precipitaciones extremas o las inundaciones. Es difícil determinar cuándo comienza o termina y la severidad de un episodio de sequía”, explica. Sin embargo, los avances en el entendimiento de los mecanismos que originan las sequías, junto a los cambios asociados al calentamiento global y las emisiones de gases de efecto invernadero, han permitido mejorar la planificación y las decisiones de adaptación.
Ante esta nueva comprensión, el Dr. señala que las decisiones a largo plazo son fundamentales, especialmente en términos agrícolas, hidrológicos y ambientales. La dinámica de las sequías ha cambiado, y el impacto social que generan es cada vez más evidente. En España, por ejemplo, las sequías agrícolas fueron más relevantes históricamente dado el peso del sector agrícola, pero en las últimas décadas, con la urbanización y el desarrollo económico, la disponibilidad de agua en embalses y acuíferos ha cobrado mayor importancia, especialmente para el abastecimiento urbano y la agricultura de regadío.
“En las grandes ciudades, el acceso al agua potable hace que la población no perciba las sequías con la misma intensidad”, afirma el Dr. En este sentido, menciona que solo una sequía prolongada puede llevar a restricciones de uso, como las que se vivieron en los años 90. Hoy en día, gracias a la planificación adecuada y a protocolos claros, la situación ha mejorado, aunque persisten desafíos significativos, especialmente en la demanda de agua para los regadíos, que requieren una reflexión profunda.
Desde el punto de vista de la gestión forestal, el Dr. indica que España, que es el tercer país de Europa en superficie forestal, enfrenta un dilema. “Los bosques necesitan mucha agua, y no podemos abandonarlos ni limpiar el país cada año. La solución pasa por utilizar el conocimiento para manejar de manera sostenible estos ecosistemas”, sugiere. En este contexto, menciona la importancia de crear paisajes en mosaico que permitan la interacción entre el ganado y la flora local, garantizando así la salud de los bosques.
A pesar de los desafíos que enfrenta la ciencia en España, el Dr. destaca el alto nivel de los científicos españoles, que son reconocidos internacionalmente. “La ciencia del clima y las ciencias ambientales son áreas de gran creatividad y hacen avances significativos. Nuestro trabajo en el desarrollo de sistemas de monitorización es crucial para prevenir eventos extremos y mejorar la planificación”, concluye. Con una carrera marcada por logros significativos y un compromiso con la investigación, el Dr. se siente honrado por los reconocimientos que ha recibido, pero enfatiza que el verdadero éxito radica en el impacto positivo que su trabajo puede tener en la sociedad.
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