¿Sabías que las jubilaciones de algunos argentinos se dispararon? ¡Descubre quiénes ganan y quiénes siguen en la pobreza tras 2 años de Milei!

Tras dos años de Gobierno bajo la presidencia de Javier Milei, los cambios en el sistema previsional argentino están comenzando a dejar huellas significativas. Según datos recientes, el ingreso real de casi un tercio de los jubilados y pensionados que ingresaron al sistema tras cumplir con los años de aportes y la edad mínima ha aumentado. Este aumento ha sido aún más notable para quienes reciben asignaciones familiares, en particular la Asignación Universal por Hijo.
Desde diciembre de 2023, cuando Milei asumió el poder con una inflación del 25,5%, la política monetaria del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se ha centrado en el control inflacionario, buscando salvaguardar el poder adquisitivo de jubilados y pensionados. Sin embargo, aquellos que ingresaron mediante moratorias o planes para adultos mayores sin historia laboral han sufrido un deterioro en sus ingresos.
Durante la administración de Alberto Fernández, los titulares de la jubilación mínima se beneficiaron de incrementos superiores. En marzo de 2020, se otorgó un bono complementario para mitigar los efectos de la pandemia de Covid-19, que inicialmente equivalía al 9,4% del haber base y, al finalizar el mandato, alcanzó un 52%. Con la llegada de Milei, este suplemento se actualizó en marzo de 2024, aumentando de $55.000 a $70.000, pero al quedar congelado ha ido perdiendo relevancia, con un impacto actual del 21% sobre el ingreso total.
Hasta el primer trimestre de 2024, la partida previsional había experimentado una caída real, afectada por la alta inflación y los ajustes derivados de la anterior Ley de Movilidad. No fue hasta abril de 2024 que las actualizaciones comenzaron a superar la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec, gracias a la suspensión de la Ley de Movilidad mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia. Desde entonces, se han implementado aumentos mensuales basados en el IPC de dos meses anteriores, que han mostrado una tendencia al alza.
El Gobierno también ha intentado equilibrar el sistema, enfocándose en reducir la brecha para quienes perciben haberes superiores a la mínima. En abril de 2024, se dispuso un aumento diferenciado del 27,4% para este grupo, mientras que el resto de los beneficiarios recibieron un aumento del 18%, en un contexto donde el bono se mantuvo fijo.
En los primeros 24 meses de gobierno de Milei, hasta noviembre de 2025, los beneficiarios de la mínima más el suplemento de $70.000 recibieron un aumento nominal del 224,4%. Sin embargo, este incremento se vio superado por una inflación acumulada del 248,6%, lo que resultó en una pérdida del 6,9% en el poder de compra. Por el contrario, aquellos con haberes superiores al mínimo lograron recuperar un 9,5% de poder adquisitivo, acumulando ajustes del 281,7%. En general, el incremento promedio ponderado para todos los jubilados y pensionados fue de solo 1,3% en este período.
Durante la última administración de Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, los haberes previsionales sufrieron una reducción real significativa: un 6,6% para quienes recibieron el haber mínimo más bono y un 34,4% para los demás. La pérdida promedio ponderada fue del 22,9% entre todos los grupos. Para igualar el nivel de poder de compra que tenían en noviembre de 2019, el haber mínimo debería aumentar un 15,4% en términos reales, y los tramos superiores un 39%.
El Gobierno actual sostiene que este desfase solo se podrá cerrar mediante una reforma previsional y laboral que incentive la contratación de trabajadores registrados en el sector privado y busque revertir el déficit estructural del sistema, el cual se ha profundizado en los últimos años. Las moratorias previas habían aumentado el número de jubilados y pensionados de 3,3 millones a 6,9 millones, mientras que la cantidad de aportantes había crecido de 8,7 millones a 12,7 millones de trabajadores. Esto ha hecho que la relación de aportantes por beneficiario haya caído de 2,6 en 2006 a solo 1,7 en la actualidad, un nivel que pone en riesgo la sustentabilidad del sistema.
En términos de presupuesto, los informes de la Secretaría de Hacienda indican que tras la crisis de 2020, el gasto previsional real cayó un 30% en un trimestre. Sin embargo, la recuperación de la actividad económica y la desinflación han permitido que en octubre de 2025, el pago de jubilaciones y pensiones supere en un 9,5% el de noviembre de 2023 y en más de ocho puntos porcentuales el promedio de las subas de haberes.
El desafío de recomponer el poder adquisitivo real de los jubilados y pensionados sigue siendo un tema de tensión social y política. Aunque se han implementado ajustes, aún no se ha alcanzado una solución estructural, y la brecha en el poder de compra refuerza el reclamo de una actualización integral del sistema previsional.
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