¡Santiago Caputo y Menem revelan el oscuro secreto detrás de Sturzenegger que podría cambiarlo todo!

La reciente tensión dentro del oficialismo ha retrasado inesperadamente el envío del proyecto de modernización laboral al Senado, el cual se espera que sea presentado al regreso de Javier Milei de su viaje a Noruega. Este proyecto se convierte en un punto focal de discusión política entre diferentes facciones del gobierno.
Por un lado, se encuentra Federico Sturzenegger, el actual ministro de Desregulación, quien está decidido a utilizar esta iniciativa para atacar a las estructuras que financian a los gremios. En contraposición, Santiago Caputo, asesor presidencial, ha sugerido un enfoque más cauteloso. Caputo ha encontrado un inesperado aliado en Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, quien también muestra preocupación por las posibles repercusiones de un ataque frontal a los sindicatos en un momento crítico para el gobierno.
Sturzenegger, conocido como "el Coloso" según Milei, ha hecho de la eliminación de la cuota sindical obligatoria su principal bandera en el diseño del proyecto. Él califica estas cuotas de “peajes sindicales”, ya que son descuentos obligatorios que los trabajadores deben pagar a los sindicatos, alcanzando hasta $1,3 millones por año en aportes. Esta cifra ha despertado un gran debate y malestar entre sectores laborales.
Sin embargo, la ambición reformista de Sturzenegger se ha topado con la resistencia del círculo más cercano a Milei. Desde la Cámara de Diputados, Menem advirtió que un embate contra los gremios podría entorpecer la aprobación de leyes prioritarias para el gobierno como el presupuesto 2026 y los proyectos de inocencia fiscal y equilibrio fiscal.
Los diputados libertarios creen que es innecesario provocar tensiones en un momento en que la CGT ha convocado a su consejo directivo, sin descartar una movilización al Congreso cuando se trate la reforma laboral. Este tipo de episodios, como los violentos enfrentamientos de diciembre de 2017 durante la discusión de la reforma previsional, son un recuerdo que muchos prefieren evitar.
“Hay que tener timing para dar las batallas, no se pueden dar todas de golpe y menos con los gremios en la calle”, advierten desde el entorno de Sturzenegger. La falta de acuerdos con los gobernadores para aprobar el presupuesto complica aún más la situación, haciendo que una confrontación directa con los sindicatos sea especialmente arriesgada.
En una conferencia de prensa, el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, declaró que los cambios propuestos en materia gremial no formarán parte del proyecto que se enviará al Congreso, sino que se tratarán en una iniciativa separada. “Las modificaciones en materia sindical serán parte de una segunda ley”, enfatizó Adorni, lo cual indica que, al menos por el momento, no habrá cambios en los aportes obligatorios.
Si esta tendencia se mantiene, Sturzenegger podría perder la batalla interna dentro del oficialismo. La experiencia del Congreso ha demostrado ser reacia a este tipo de reformas. A lo largo del último año, la UCR intentó varias veces impulsar modificaciones a la ley de asociaciones sindicales, pero fracasó debido a la oposición tanto de kirchneristas como de libertarios.
La decisión final sobre el proyecto recaerá en Milei, quien deberá firmarlo a su regreso de Noruega. Desde el círculo de Sturzenegger, se reconoce que será difícil cambiar la postura del ala política del gobierno. “Nuestra tarea es diseñar las reformas, otros tienen preocupación por la relación con las organizaciones y mantener la paz social”, admiten.
Esta postergación ha desbaratado los planes de Patricia Bullrich, jefa del bloque de senadores libertarios, quien esperaba acelerar la media sanción de la reforma antes de fin de mes. La discusión en comisiones comenzará la semana próxima, pero muchos anticipan que, debido a las festividades, es poco probable que se logre llevar el dictamen al recinto antes de que termine el año.
Te puede interesar: