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Las tres Internet y la ilusión de la Web global

No hay comentarios | Publicado el martes 8 de diciembre

La idea de una Internet «global, descentralizada, no gubernamental, abierta y gratuita que existió en sus inicios ha venido desapareciendo».

Así lo sostiene el escritor y especialista en temas internacionales, Moisés Naím.

Más del 40 % de la población mundial vive en países donde el acceso a internet es controlado por las autoridades.

En ese sentido, Naím pone como ejemplo a países como china.

El gobierno del gigante asiático, «impide que desde su territorio se pueda acceder a Google, YouTube, Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp, CNN, Wikipedia, TikTok, Netflix o al New York Times, entre otros».

En lugar de esos sitios, existen «versiones chinas».

Por su parte, en India, Irán, Rusia, Arabia Saudita y muchos otros países el gobierno bloquea sitios de la red y censura sus contenidos.

Una Internet concentrada

Una idea un poco borroneada en estos tiempos es la que nos muestra a Internet como un lugar descentralizado, en donde la autonomía de quienes producen contenido y acciones de todo tipo pueden hacerlo en un ámbito sin restricciones.

Para Moisés Naím, «es cierto que la red empoderó a individuos y grupos que ahora tienen más posibilidades de ser oídos y de influir sobre los demás –y sobre sus gobiernos».

Sin embargo, «también es cierto que tanto los gobiernos como las grandes empresas tecnológicas, Google, Microsoft, Amazon o Facebook, concentran un inmenso poder sobre internet. Una tecnología de liberación política se ha convertido en una tecnología para la represión».

Tampoco podemos hablar de una Internet gratuita.

Las búsquedas por Google, los encuentros por Facebook, los mensajes por Twitter o las charlas vía WhatsApp «no son gratis, aunque lo parezcan. Las pagamos permitiendo que quienes nos “regalan” esos servicios sepan casi todo sobre nosotros. Esa información les permite dominar el negocio global de la publicidad».

Los tres bloques

Esta idea de una Internet homogénea y global ya es, en realidad, una red dividida en tres bloques.

Según Moisés Naím, «el mundo va en camino de tener una internet china, otra americana y otra europea».

La Internet china

La red bajo dominio chino es «cerrada, censurada, proteccionista y tiene altas barreras a la entrada para empresas de los países que están fuera de sus fronteras digitales».

Estas ciberfronteras trascienden las fronteras geográficas del país e incluyen aliados como Corea del Norte y otros.

La internet norteamericana

La internet (norte)americana «es anárquica, innovadora, comercial y con altas tendencias monopolistas. Los protagonistas centrales son las grandes empresas tecnológicas. Su acceso a enormes volúmenes de capital, talento tecnológico y capacidad de innovar le confieren un dinamismo que no tienen sus rivales».

Sin embargo, «la vulnerabilidad de la Internet (norte)americana es que el modelo de negocio basado en el trueque de servicios digitales gratuitos a cambio de los datos personales de los usuarios no es sostenible».

Asimismo, «tampoco es sostenible el grado de monopolización que tienen las empresas tecnológicas».

La Internet europea

La Internet de Europa «es más regulada, trata de proteger a los usuarios, enfrenta los monopolios y defiende valores democráticos».

La Comisión Europea «impuso billonarias multas a Google, Apple, Microsoft y otras empresas tecnológicas».

En 2018, la Unión Europea adoptó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que define las pautas para la recolección, almacenamiento y gestión de datos personales.

Este reglamento es la manifestación concreta de un enfoque legal que trata a la protección de los datos personales como un derecho humano fundamental.

La batalla de las Internet

Para Moisés Naím, estos tres bloques, el chino, el norteamericano y el europeo, «ya están batallando ferozmente por mantener el control sobre su área de soberanía digital y las fricciones entre ellos son obvias».

Además de aplicar sus leyes antimonopolio a las empresas estadounidenses, la amenaza de los europeos es la de restringir el acceso a su mercado a las empresas tecnológicas que no adopten sus reglas.

Por su parte, Estados Unidos impone sanciones y bloquea empresas como Huawei y, naturalmente, China contraataca.

Finalmente, Naím marca el escenario de lo que ya es una realidad: la batalla de las tres Internet:

Tendremos tres Internet, pero la batalla definitoria es entre Estados Unidos y China. Y las confrontaciones de estas superpotencias digitales no se restringirá al ciberespacio y a la protección y ampliación de su soberanía digital. Ya las vemos en los esfuerzos de Washington y Pekín para garantizar que sus empresas dominen las tecnologías de 5G, la nueva generación de telefonía móvil que revolucionará las comunicaciones y cambiará Internet. Estas, sin embargo, son tan solo escaramuzas, ya que el gran choque es sobre quién tendrá el liderazgo en el ámbito de la Inteligencia Artificial, la tecnología que cambiará el mundo. Esta revolución apenas comienza.

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