Somos en las redes sociales «como las langostas»
Un grupo de investigadores adjudica a Internet un “comportamiento colectivo” de los humanos similar al de las langostas. La plaga de este insecto hace que se devoren todo lo que encuentran a su paso. Una Internet que se presenta como sistema sin líder, que además maneja la economía global actual, puede llevar a un resultado fatal.
La desafiante afirmación bien podría ser de cualquier periodista de televisión o de la radio. Sin embargo, la sentencia es parte de un estudio realizado sobre el comportamiento de la humanidad a través de las redes sociales. El trabajo fue publicado en la prestigiosa revista científica PNAS. En su informe, llaman la atención sobre la falta de comprensión de los efectos que las redes sociales y las nuevas tecnologías tienen en nuestra sociedad.
Todos en Internet
Según datos disponibles, el 50% de los usuarios a nivel mundial admite utilizar las redes sociales para contactar con sus familiares y amigos o informarse. Alrededor de 4.300 millones de personas utilizan estas plataformas, conectados una media diaria de dos horas y 22 minutos.
Con semejante panorama, queda claro que las redes sociales reestructuraron la manera en la que nos comunicamos. Los seres humanos del presente somos capaces de contactar con quien queramos, compartir y visualizar nuestro contenido preferido o comprar lo que necesitemos en apenas unos segundos. Descubrimos nuevos contenidos, nos ofrecen cosas que no sabíamos que queríamos y, en definitiva, diseñamos un nuevo modelo de vida.
Los expertos ponderan estos cambios, pero, a su vez, lanzan advertencias. Los investigadores sugieren que deberíamos considerar el desastre de las redes sociales como una “disciplina de crisis”. Es decir, las redes deben tratarse como un problema similar al del cambio climático y sus efectos en la salud pública. Una disciplina de crisis que requiere una colaboración interdisciplinaria urgente para comprender y abordar el problema a todos los niveles.
A pesar de que enumeran algunas cosas buenas sobre la colaboración social dispersa que funciona, insisten en mantener la alerta sobre las ‘secuelas’ reales. La desinformación y la paranoia amplificadas son algunas de estas consecuencias. Representan una serie amenaza en un mundo que ya tiene bastante trabajo enfrentándose a otros problemas. Vivimos en un presente acuciado por la crisis climática, una pandemia, el racismo y el odio, la desigualdad, el hambre o la amenaza de un posible conflicto nuclear.
Estudiando a «las langostas»
El trabajo de investigación fue publicado en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America). En el documento lleva la firma de 17 expertos de diferentes disciplinas liderados por Joe Bak-Coleman. Este experto es becario postdoctoral en el Centro para un Público Informado de la Universidad de Washington.
El informe llama a la colaboración de la ciencia, y se pide a los responsables de las grandes tecnológicas, como Mark Zuckerberg, que dejen de intentar controlar a la población a través de sus empresas, alegando que los modelos comerciales con lo que funcionan no son compatibles con una sociedad sana.
Además, lamentan que la pandemia del coronavirus haya “abierto camino” a las empresas de tecnología, ya que son incapaces de frenar la información falsa que circulan por la Red.