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El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el viernes que Argentina volverá al mercado de capitales con un nuevo bono a 2029. Este bono, que será emitido bajo la ley local, se suscribirá y pagará en dólares. "Estamos volviendo con un bono a cuatro años a noviembre del 2029 con un cupón del 6,5%. Es un dato importantísimo", afirmó Caputo durante la presentación.

La Secretaría de Finanzas ha detallado que se realizará una nueva licitación del Bonar 2029N, un título en moneda estadounidense con vencimiento el 30 de noviembre de 2029. Este bono ofrecerá un cupón del 6,5% anual, con pagos de interés semestrales y la amortización íntegra al vencimiento.

La emisión de este bono llega en un momento crucial para la economía argentina, marcada por una alta volatilidad y un contexto financiero desafiante. Después de años de restricciones y reestructuraciones de deuda, el retorno al mercado de capitales representa una señal de confianza tanto para los inversores como para el gobierno. Caputo destacó que esta iniciativa busca captar financiación para “fortalecer las reservas del Banco Central y para impulsar el crecimiento económico”.

Sin embargo, el anuncio también despierta interrogantes. A pesar de la promesa de un cupón atractivo, muchos se preguntan cómo se sostendrá la demanda en un entorno donde la inflación sigue siendo alta y el peso argentino enfrenta una depreciación constante. La percepción de riesgo en el país, a raíz de la incertidumbre política y económica, podría limitar el interés de los inversores en el nuevo bono.

Este movimiento también se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno argentino para reinsertarse en el circuito financiero internacional. La emisión de bonos es una herramienta clave para obtener liquidez y financiar déficits, pero la forma en que se gestione esta nueva deuda será crucial para determinar su éxito a largo plazo.

En definitiva, el regreso de Argentina al mercado de capitales con el Bonar 2029N puede considerarse un paso importante en la búsqueda de financiamiento. Sin embargo, los desafíos que enfrenta la economía y la necesidad de establecer un clima de confianza son factores que no pueden ser ignorados. La capacidad del gobierno para manejar esta nueva deuda y garantizar la estabilidad económica será observada de cerca por analistas e inversores por igual.