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Una guerra de vecinos por las cámaras de seguridad

No hay comentarios | Publicado el viernes 15 de octubre

En el Reino Unido, una disputa entre vecinos por una cámara de seguridad terminó en un juicio muy costoso. Una vecina de Oxfordshire demandó a otro por sentir que su privacidad se veía violada por una cámara de seguridad que apuntaba a su vivienda. La cámara en cuestión es una Ring, propiedad de Amazon. Una juez falló y determinó que en efecto existe una violación de la ley de protección de datos del Reino Unido. La multa para el vecino en cuestión es muy abultada. Tendrá que pagar hasta 100.000 libras (unos 118.000 euros) por no avisar de lo que estaba haciendo su cámara de vigilancia.

La privacidad, en debate

Jon Woodard instaló una cámara con timbre de Ring en la puerta de su casa y otra cámara de seguridad que enfocaba a una parcela lateral. Su idea, evitar que los ladrones volvieran a actuar tras una serie de robos de coches.
Woodard le enseñó el sistema a su vecina, la doctora Mary Fairhurst, que se «alarmó y sintió dolida» cuando se dio cuenta de que su vecino tenía grabaciones de ella y de su voz en su teléfono móvil. La historia terminó cuando la mujer decidió mudarse tras dos altercados al discutir sobre las cámaras.

Fairhurst llevó el asunto a los tribunales, y ahora la juez Melissa Clarke declaró que Woodard violó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) del Reino Unido y la Data Protection Act de 2018. Según esta legislación, los propietarios de otras casas deben ser consultados si se van a vigilar sus zonas privadas.

Woodard sostenía que su única intención era evitar robos, pero se encontró con una multa que podría llegar a ser de hasta 100.000 libras, unos 118.000 euros, por violar la privacidad de sus vecinos.

Las cámaras Ring

En 2018, Amazon compró la empresa Ring. Desde entonces, la compañía viene suplicando a sus clientes que respeten la privacidad de sus vecinos. De hecho, las cámaras Ring disponen de opciones como la de crear Zonas de Movimiento —con las que es posible «tapar» partes del vídeo que no se graban— y también silenciar los micrófonos para desactivar la grabación de audio.

Precisamente la Dr. Fairshurst destacaba que los datos de audio que pudo ver en el móvil de su vecino «eran incluso más problemáticos y perjudiciales que el vídeo». Cuando se grabaron esos clips de audio las cámaras de Ring aún no podían desactivar sus micrófonos, algo que se pudo hacer con una actualización que llegó en 2020.

Los problemas de privacidad de este tipo de cámaras ya se pusieron de manifiesto a finales de 2019, cuando se descubrió que la policía de EE. UU. podía solicitar a los usuarios de Ring hasta 12 horas de vídeo sin autorización judicial. El sitio web oficial de estas cámaras muestra un apartado especial dedicado a la privacidad en la que se indica que «tu privacidad es nuestra prioridad».

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